Litio para México

El mundo atraviesa por una época de cambios. El campo energético vive tiempos convulsos, como consecuencia de la trágica guerra entre Rusia y Ucrania. Mientras los precios de los combustibles fósiles se elevan drásticamente, países como Alemania deben regresar a la generación de electricidad por medio de la quema de carbón; sin embargo, el planeta abraza la idea de la transición energética a largo plazo hacia fuentes menos contaminantes.

En 2021, México entró al acuerdo internacional para, en el año 2040, dejar de vender autos que funcionen con gasolina; sin embargo, lo hizo en la categoría de mercado emergente y economía en desarrollo, por lo que, si bien existe la buena fe de cumplir ese compromiso, no se tiene una obligación vinculante.

En este contexto, el litio y su aprovechamiento se convierten en un tema estratégico para el desarrollo nacional. Por fortuna, este momento coyuntural coincide con el proceso de la Cuarta Transformación de la vida pública de México, encabezada por el gobierno democrático del presidente Andrés Manuel López Obrador y respaldado por una bancada mayoritaria en ambas Cámaras legislativas, lo cual ha permitido crear el marco legal adecuado para que el Estado retome la rectoría del sector extractivo, como la reforma a la Ley Minera, que dio fundamento a la creación de un organismo descentralizado para la administración exclusiva del llamado oro blanco.

Esta nueva política significa un cambio importante, en comparación con la postura entreguista del viejo régimen, que bajo la ideología neoliberal propugnaba la falacia de que el Estado era un mal administrador y que la privatización beneficiaría a la población, cuando en realidad era una forma de hacer negocios al amparo del poder público, mediante esquemas de corrupción.

De haber continuado con esta falta de patriotismo en la administración pública, al mercado del litio le hubiese esperado el mismo destino que a la industria petrolera. Tras el descubrimiento del yacimiento de Cantarell, que hasta la fecha sigue siendo uno de los más importantes del mundo, el entonces presidente López Portillo afirmó que deberíamos acostumbrarnos a administrar la abundancia; no obstante, el sector petrolero pasó de ser más que prometedor para convertirse en una gallina cuyos huevos de oro “se nos fueron acabando”, según declaraciones del expresidente Peña Nieto, para justificar su apertura a la inversión privada.

Con la creación del organismo descentralizado Litio para México (LitioMX), el Gobierno federal desarrollará y ejecutará todos los proyectos relacionados con exploración, explotación, beneficio y aprovechamiento de este mineral tan importante para la transición energética, lo cual permitirá su relación estratégica con las automotrices que ya operan en nuestro país y servirá para atraer otras que deseen invertir aquí, cómo lo ha anunciado el propio presidente López Obrador.

Esta decisión también coincide con el arranque de las consultas solicitadas por Estados Unidos y Canadá para revisar la política energética de México, en el marco del T-MEC, en las cuales se espera alcanzar acuerdos que beneficien a las empresas inconformes, sin violentar la soberanía de nuestro país. El Senado de la República seguirá de cerca este tema, en ejercicio de su facultad de analizar la política exterior de la nación.

 

ricardomonreala@yahoo.com.mx

Twitter y Facebook: @RicardoMonrealA

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Ricardo Monreal

El doctor en Derecho, Ricardo Monreal Ávila, nació el 19 de septiembre de 1960 en Plateros, Zacatecas, en el seno de una familia de catorce hijos.

Estudió Derecho en la Universidad Autónoma de Zacatecas y luego cursó estudios de maestría y doctorado en Derecho Constitucional y Administrativo en la Universidad Nacional Autónoma de México.

En 1975 comienza su trayectoria política militando en las filas del Partido Revolucionario Institucional (PRI), allí ocupó varios cargos: fue coordinador nacional de la Defensa Jurídica del Voto en la Secretaría de elecciones de la dirigencia nacional; presidió el Comité Directivo Estatal de Zacatecas y, posteriormente, fue secretario de Acción Política de la Confederación Nacional Campesina. En éste periodo de militancia participó en el Congreso de la Unión, fue diputado federal dos veces (1988-1991 y 1997-1998) y llegó al puesto de senador (1991-1997).

En 1998, Monreal Ávila abandona al PRI para unirse a las filas del PRD y contender, ese mismo año, a la gobernación del estado de Zacatecas.

Fue diputado federal en tres periodos: de 1988 a 1991 y de 1997 a 1998 por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), y entre 2012 y 2015 por Movimiento Ciudadano y por el Movimiento Regeneración Nacional (Morena).

Cumplió labores como senador en dos periodos, de 1991 a 1997 y de 2006 a 2012 por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el  Partido del Trabajo (PT).

Ahora por tercera ocasión es Senador de la República y coordinador de la fracción parlamentaria de Morena.