El crac electoral que viene
El próximo domingo 5 de junio se elegirán seis gubernaturas y, si las proyecciones demoscópicas no fallan, se escuchará un crujido o crac en el mapa político del país.
Ese día, MORENA podría convertirse en el nuevo partido mayoritario a nivel nacional, al ganar cuatro o cinco de las seis gubernaturas en disputa que, sumadas a las otras 16 que actualmente encabeza, lo volverían el instituto político con dos terceras partes de los ejecutivos estatales en su poder (20 o 21 de las 32 entidades federativas).
A lo anterior, se suma que ya es mayoría en 18 congresos locales, mientras que en las elecciones municipales del año pasado fue el partido que más ayuntamientos ganó en solitario (246), seguido por el PRI (218) y el PAN (185).
Hoy, en los 100 municipios más poblados del país, donde se asientan 68 millones de mexicanas y mexicanos, es decir, la mitad de la población nacional, MORENA y sus aliados gobiernan más de la tercera parte.
¿Qué está haciendo crac? El esquema bipartidista que durante tres décadas permitió que PRI y PAN se alternaran la mayoría de los ayuntamientos y gubernaturas en juego (incluidos dos relevos presidenciales), dando lugar a una democracia electoral en la que había cambio de siglas, pero no de proyectos económicos y sociales.
¿Qué se está configurando? A nivel local, la emergencia de un sistema de partido mayoritario, con MORENA como factor central, que convive a nivel federal con un sistema de pesos y contrapesos institucionales, en el que destacan ambas cámaras legislativas, el Poder Judicial y los órganos constitucionales autónomos (OCA).
No es la restauración o el regreso de lo que Giovanni Sartori denominó “sistema de partido hegemónico” o “dominante”, con el PRI al centro, sino un sistema mixto de distribución del poder político, con una recomposición territorial por un lado (el desplazamiento del PRI y el PAN por MORENA, en los gobiernos locales), y la consolidación de un andamiaje institucional de contrapesos federales, por el otro.
¿Qué posibilidades hay de que esta transición termine en una restauración del sistema de partido hegemónico? Es decir, que MORENA sea un nuevo PRI, como afirman algunos. Creo que el regreso inercial, mecánico o automático del anterior sistema de partido dominante no es posible. Ningún pueblo se baña dos veces en el mismo río (Heráclito).
Considero más probable que se esté contituyendo un nuevo bipartidismo izquierda-derecha, más nítido, ideológico y programático que el bipartidismo deslactosado, light o descafeinado PRI-PAN, que operó durante el período neoliberal. En este sentido, la elección presidencial del 2024, concurrente con elecciones federales y locales, será determinante.
Por lo pronto, hay que destacar la rápida consolidación o implante territorial de MORENA en todo el país. Nacido formalmente en 2014, en sólo cuatro años alcanzó la Presidencia de la República; en ocho, ya es fuerza estatal y municipal, y en 10, podría estar refrendando la titularidad del Ejecutivo federal.
Ningún partido en la historia reciente del país ha logrado esta consolidación. Mucho tiene que ver con que MORENA no es propiamente un partido, sino un movimiento de causas sociales y económicas, pero eso ya es tema de otro espacio.
Twitter y Facebook: @RicardoMonrealA
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El doctor en Derecho, Ricardo Monreal Ávila, nació el 19 de septiembre de 1960 en Plateros, Zacatecas, en el seno de una familia de catorce hijos.
Estudió Derecho en la Universidad Autónoma de Zacatecas y luego cursó estudios de maestría y doctorado en Derecho Constitucional y Administrativo en la Universidad Nacional Autónoma de México.
En 1975 comienza su trayectoria política militando en las filas del Partido Revolucionario Institucional (PRI), allí ocupó varios cargos: fue coordinador nacional de la Defensa Jurídica del Voto en la Secretaría de elecciones de la dirigencia nacional; presidió el Comité Directivo Estatal de Zacatecas y, posteriormente, fue secretario de Acción Política de la Confederación Nacional Campesina. En éste periodo de militancia participó en el Congreso de la Unión, fue diputado federal dos veces (1988-1991 y 1997-1998) y llegó al puesto de senador (1991-1997).
En 1998, Monreal Ávila abandona al PRI para unirse a las filas del PRD y contender, ese mismo año, a la gobernación del estado de Zacatecas.
Fue diputado federal en tres periodos: de 1988 a 1991 y de 1997 a 1998 por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), y entre 2012 y 2015 por Movimiento Ciudadano y por el Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Cumplió labores como senador en dos periodos, de 1991 a 1997 y de 2006 a 2012 por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el Partido del Trabajo (PT).
Ahora por tercera ocasión es Senador de la República y coordinador de la fracción parlamentaria de Morena.

