Contra la desigualdad

La ideología neoliberal, que afortunadamente en México está perdiendo hegemonía gracias a sus propios malos resultados, proponía un libre mercado capaz de regular de manera autónoma sus desequilibrios, reduciendo al mínimo la intervención del Estado.

Luego de 40 años, hay suficiente evidencia para asegurar que el modelo económico neoliberal se ha agotado y debe ser reformado, pues no sólo fue incapaz de reducir las desigualdades sociales, sino que aceleró su crecimiento como nunca antes, provocando concentraciones de riqueza cercanas a las que existían hace un siglo.

Por citar un ejemplo, Thomas Piketty señala que la participación en la riqueza nacional del percentil superior (el 10 por ciento de la población con mayores ingresos) en Estados Unidos era superior al 40 por ciento en el año 1900, y para 2015 era apenas un poco inferior a eso, estableciendo como punto de rebote la década de 1980, lo que concuerda con el inicio de la implementación del neoliberalismo como doctrina económica. Casos similares, aunque con las proporciones guardadas, se replicaron por todo el globo, con especial énfasis en África, América Latina y el Caribe.

Tomar en cuenta estas diferencias es de la mayor importancia, pues omitirlas fue uno de los grandes errores de las políticas públicas del neoliberalismo, ya que sin la intervención del Estado para procurar nivelar las condiciones desiguales de las que partimos, se condena a las sociedades a la perpetuación de las injusticias.

Para el actual gobierno de México, reducir las desigualdades es un objetivo fundamental del Plan Nacional de Desarrollo, por lo que en los tres poderes de la Unión se han redoblado esfuerzos para combatir la corrupción, reconocida internacionalmente  como un factor que impide el desarrollo económico, ahoga el espíritu empresarial y frena la inversión; además, se reorientaron los recursos en el gasto público, para solventar programas de carácter social y apoyos económicos directos a grupos en situación de vulnerabilidad.

Luego de que el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo publicara el Informe Regional de Desarrollo Humano 2021, en el que se da a conocer que México es el segundo país de América Latina y el Caribe con mayor aportación a los ingresos nacionales del 10 y el 1 por ciento de la población más acaudalada, con 59 y 29 por ciento, respectivamente, se hace indispensable llevar a la discusión pública la pertinencia de una reforma fiscal que permita gravar el lucro de manera progresiva, para que lo recaudado sea invertido en proyectos que detonen el crecimiento económico y atraigan la inversión.

Ese informe lleva por título: Atrapados: alta desigualdad y bajo crecimiento en América Latina y el Caribe, y revela que, aunque en general el 74 por ciento de las personas en la región consideran que las tasas impositivas deben ser más altas para quienes ganan más, esta opinión se vuelve menos popular en los deciles más altos, por lo que la transformación de esta problemática deberá pasar por ganar el debate público sobre el valor moral y la conveniencia económica de construir una sociedad más igualitaria.

 

ricardomonreala@yahoo.com.mx

Twitter y Facebook: @RicardoMonrealA

Anteriores

Ricardo Monreal

El doctor en Derecho, Ricardo Monreal Ávila, nació el 19 de septiembre de 1960 en Plateros, Zacatecas, en el seno de una familia de catorce hijos.

Estudió Derecho en la Universidad Autónoma de Zacatecas y luego cursó estudios de maestría y doctorado en Derecho Constitucional y Administrativo en la Universidad Nacional Autónoma de México.

En 1975 comienza su trayectoria política militando en las filas del Partido Revolucionario Institucional (PRI), allí ocupó varios cargos: fue coordinador nacional de la Defensa Jurídica del Voto en la Secretaría de elecciones de la dirigencia nacional; presidió el Comité Directivo Estatal de Zacatecas y, posteriormente, fue secretario de Acción Política de la Confederación Nacional Campesina. En éste periodo de militancia participó en el Congreso de la Unión, fue diputado federal dos veces (1988-1991 y 1997-1998) y llegó al puesto de senador (1991-1997).

En 1998, Monreal Ávila abandona al PRI para unirse a las filas del PRD y contender, ese mismo año, a la gobernación del estado de Zacatecas.

Fue diputado federal en tres periodos: de 1988 a 1991 y de 1997 a 1998 por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), y entre 2012 y 2015 por Movimiento Ciudadano y por el Movimiento Regeneración Nacional (Morena).

Cumplió labores como senador en dos periodos, de 1991 a 1997 y de 2006 a 2012 por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el  Partido del Trabajo (PT).

Ahora por tercera ocasión es Senador de la República y coordinador de la fracción parlamentaria de Morena.