Estambul.– Varias de las principales ciudades de Turquía encendieron las alarmas por una grave escasez de agua potable. Las autoridades locales advirtieron que urbes como Ankara, Esmirna y Bursa ya padecen un nivel crítico en sus reservas, mientras que Estambul podría enfrentar la misma situación a partir del próximo año.

La más afectada es Esmirna, tercera ciudad más poblada del país con 4.5 millones de habitantes, donde los embalses apenas garantizan agua para 40 días. El embalse de Tahtali, su principal fuente, se encuentra al 6.7 % de su capacidad, lo que obligó a imponer cortes periódicos en el suministro.

En Ankara, con seis millones de habitantes, las reservas descendieron al 8.5 %, muy por debajo del 31 % registrado el año pasado, lo que equivale a menos de tres meses de agua disponible. En Bursa, de 3.3 millones de personas, uno de los embalses está vacío y el otro opera al 19 %, con reservas suficientes para apenas 35 días. Un trasvase desde el embalse de Çinarcik, en construcción, comenzará a operar en septiembre.

Aunque Estambul aún dispone de reservas hasta enero de 2025, la oficina de aguas (ISKI) reconoció que este es el segundo año con menos recursos hídricos desde 2015, con los embalses al 44 % de capacidad. El trasvase del río Melen y la gestión integrada entre el lado europeo y asiático han mitigado los efectos, pero un nuevo año sin lluvias sería un desafío serio.

El instituto meteorológico turco señaló que entre octubre de 2023 y julio de 2024 el país vivió el periodo más seco de los últimos 52 años, con una reducción del 26 % en las lluvias respecto al promedio. La falta de agua también ha favorecido la propagación de incendios forestales en distintas regiones.

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Foto: Ilustrativa

Djs