La decisión estratégica llega en un momento delicado para la compañía. Las películas de superhéroes de Marvel, propiedad de Disney, han visto un notable descenso en su desempeño en los últimos años. Además, otros proyectos orientados a un público masculino, como Indiana Jones y el Dial del Destino, resultaron ser un fracaso en taquilla. Mientras tanto, estudios rivales como Warner Bros. han logrado éxitos importantes con este mismo grupo demográfico. Ejemplos recientes incluyen Superman y Una película de Minecraft, esta última acercándose a la marca de los mil millones de dólares a nivel mundial.

Uno de los golpes más significativos para Disney ha sido el fracaso crítico y comercial de su versión de Blancanieves. La película, protagonizada por Rachel Zegler y Gal Gadot, fue severamente criticada por lo que muchos consideraron cambios narrativos progresistas. La controversia escaló a raíz de la decisión de reemplazar a los siete enanos con "criaturas mágicas" generadas por computadora, lo que provocó una fuerte reacción de la audiencia y la indignación de actores con enanismo, quienes calificaron la dependencia del CGI como "absurda" y "discriminatoria".

Las críticas fueron demoledoras. Brian Viner del Daily Mail le dio a la película dos de cinco estrellas, describiéndola como un "asunto dolorosamente confuso". Peter Bradshaw de The Guardian fue aún más severo, otorgándole una de cinco estrellas y calificándola como un "reinicio inútil" y "agotadoramente horrible".

A pesar de estos contratiempos, no todo ha sido negativo para el estudio. Disney ha conseguido varios éxitos de taquilla, como Lilo & Stitch y Moana 2, que superaron la marca de los mil millones de dólares. La compañía también tiene grandes expectativas con próximos estrenos como Zootopia 2 y Avatar: Fuego y Ceniza. Además, la secuela El Viernes Más Loco ha tenido un éxito moderado, logrando duplicar su presupuesto de producción.