Después de pasar casi cinco meses en la Estación Espacial Internacional (EEI), los cuatro astronautas de la misión Crew-10 de NASA y SpaceX completaron su regreso a la Tierra la mañana de este sábado, con un amerizaje frente a las costas de California, en el océano Pacífico.

La tripulación, conformada por dos astronautas de la NASA, uno de la agencia espacial japonesa JAXA y un cosmonauta ruso, aterrizó a bordo de la cápsula Dragon, desarrollada por la empresa SpaceX, propiedad del magnate Elon Musk. El descenso final ocurrió alrededor de las 8:33 de la mañana (hora local), tras desacoplarse de la EEI el día anterior.

El viaje de retorno duró aproximadamente 18 horas, luego de una estancia de 148 días en órbita, donde llevaron a cabo una serie de experimentos científicos, muchos de ellos enfocados en mejorar futuras misiones espaciales de larga duración y, en algunos casos, con potencial para tener aplicaciones en la vida diaria aquí en la Tierra.

Durante su estadía en el espacio, la tripulación trabajó en investigaciones biomédicas, estudios sobre la microgravedad, avances en tecnología de materiales y experimentos enfocados en la preparación de futuras misiones más allá de la órbita baja terrestre, como los próximos planes hacia la Luna o Marte.

El equipo estuvo conformado por Anne McClain (comandante) y Nichole Ayers (piloto), ambas de la NASA; el especialista de misión Takuya Onishi, de JAXA, y el cosmonauta Kirill Peskov, de la agencia rusa Roscosmos. Los cuatro fueron lanzados al espacio el pasado 16 de marzo desde el Centro Espacial Kennedy, en Florida.

Su regreso fue transmitido por las redes sociales oficiales de la NASA, donde también se compartieron imágenes del descenso en paracaídas de la cápsula Dragon. En la publicación, el organismo celebró el cierre de lo que calificó como una “expedición científica significativa” que trae consigo investigación sensible al tiempo, es decir, materiales que deben analizarse en cuanto tocan tierra.

El amerizaje fue una maniobra planeada con precisión, ejecutada solo bajo condiciones climáticas favorables. Este tipo de operaciones requiere un control riguroso para garantizar la seguridad del equipo humano y proteger el material científico recolectado, ya que muchos experimentos no pueden exponerse a cambios bruscos de temperatura o presión.

Mientras Crew-10 finaliza su misión, la Crew-11 ya tomó su lugar a bordo de la EEI, continuando con las investigaciones en el espacio, en un programa internacional que no se detiene y que apunta a preparar a la humanidad para una era más ambiciosa de exploración fuera del planeta.

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foto NASA

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