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La UNAM desarrolla repelente accesible contra mosquitos

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Está hecho con plantas medicinales y busca proteger a las poblaciones más vulnerables del país

México.- Estudiantes y académicos de la FES Zaragoza diseñaron un gel con propiedades repelentes, antisépticas y calmantes. Está hecho con plantas medicinales y busca proteger a las poblaciones más vulnerables del país.

Enfrentar el dengue, zika y chikungunya con ciencia accesible

En los últimos años, los casos de dengue, zika y chikungunya en México han aumentado considerablemente, afectando principalmente a las regiones del sur y el sureste del país. Esta situación ha saturado los servicios de salud y puesto en riesgo a poblaciones vulnerables como niños, mujeres embarazadas y personas mayores. Ante este panorama, la comunidad académica ha buscado alternativas innovadoras para contribuir a la prevención y el control de estas enfermedades.

La Facultad de Estudios Superiores Zaragoza, a través del programa Jóvenes Hacia la Investigación, elaboró un gel multifuncional con propiedades repelentes, antisépticas y calmantes.

El producto fue ideado por un estudiante de preparatoria y desarrollado científicamente en laboratorios de la UNAM.

La idea fue concebida por Diego Amador, estudiante de la Escuela Nacional Preparatoria N. º 7, y el desarrollo liderado por la doctora Elizabeth Sánchez González, en colaboración con Miguel Ángel González Reyes, de la carrera de Química Farmacéutico Biológica. Con este gel se busca ofrecer una solución ecoamigable y accesible a un importante problema de salud pública.

Una solución pensada para personas con menos recursos

Diego Amador explicó que la iniciativa surgió de la necesidad de crear un producto de bajo costo para personas con recursos limitados, quienes son más vulnerables al contagio de enfermedades transmitidas por vectores, como el zika, el dengue y el chikungunya. También se pretende que sea una herramienta útil en contextos de emergencia, como en zonas afectadas por inundaciones, donde la proliferación de mosquitos es común.

Un repelente barato y efectivo puede salvar vidas en zonas marginadas.

“Diego tenía la propuesta de crear un producto farmacéutico que fuera multifuncional, es decir, que pudiera actuar como repelente pero que también fuera agradable con la piel. Otra característica que quería era que este producto fuera vegano, eco-friendly, cruelty-free y sustentable. Entonces, se le propuso trabajar con plantas y extractos naturales”, comentó la Dra. Sánchez González.

Plantas medicinales, ciencia y formulación avanzada

El gel fue elaborado a partir de tres plantas conocidas por sus beneficios terapéuticos: citronela, eucalipto limón y aloe vera. Estas se combinaron bajo criterios científicos rigurosos para potenciar sus efectos y garantizar la seguridad del producto.

Citronela, eucalipto y aloe: naturaleza al servicio de la salud pública.

La creación del gel incluyó varias etapas científicas: desde la extracción de aceites esenciales y la identificación de principios activos, hasta la formulación del producto y su evaluación con voluntarios sanos. Se emplearon técnicas avanzadas, como la calorimetría diferencial de barrido, para analizar la interacción entre los componentes.

Como resultado, se logró una formulación estable, segura y funcional, lista para su escalamiento en pequeñas cantidades, como parte de un proyecto viable tanto en tiempo como en recursos.

Precio justo, alta eficacia

El producto tiene un aroma agradable, lo que complementa sus cualidades como repelente, antiséptico y calmante.

Solo cuesta $12 pesos y compite con marcas que valen 10 o 15 veces más.

Su precio es $12 pesos, un costo bajo en comparación con los otros productos del mercado, que llegan a alcanzar precios de $150 a $200. Por eso representa una alternativa sumamente accesible para comunidades de escasos recursos, pero que cuenta con la misma calidad y eficacia que las marcas comerciales.

Un semillero de oportunidades científicas

A punto de iniciar su carrera universitaria, la participación de Diego en el programa Jóvenes Hacia la Investigación ha sido muy provechosa, pues le ha permitido desarrollar habilidades y conocimientos que contribuyen a una formación científica integral.

Los laboratorios de la UNAM son también espacios para despertar vocaciones.

“Uno de los objetivos principales de estas estancias es brindar a los estudiantes el conocimiento y la práctica de técnicas analíticas avanzadas. Trabajan con métodos como la calorimetría diferencial de barrido o el uso del disolutor, pero también se introducen en conceptos fundamentales en la industria farmacéutica, como las buenas prácticas de laboratorio, de documentación y de fabricación”, mencionó González Reyes.

Además, comentó que la formación integral en estos espacios de investigación va más allá del conocimiento técnico. A los jóvenes se les instruye desde lo más básico —como mantener una estación de trabajo limpia y estéril, usar equipo de protección personal adecuado y seguir protocolos con precisión— hasta competencias más complejas que fortalecen su pensamiento crítico y responsabilidad científica.

Ciencia compartida, aprendizaje entre generaciones

Diego destacó que otro aspecto fundamental de estas estancias es el valor del conocimiento compartido y el acompañamiento entre generaciones. Él indicó que su tutor le ha transmitido no solo conocimientos, sino también confianza y orientación, rompiendo la barrera que muchas veces existe entre estudiantes y profesores.

En este proyecto, jóvenes y académicos aprendieron juntos.

Por su parte, la Dra. Sánchez González dijo que este tipo de proyectos, además de contribuir a formar investigadores desde edades tempranas, nutren a los académicos. Al recibir a estudiantes como Diego, los profesores se ven obligados a refrescar sus conocimientos básicos, a comunicar la ciencia de manera clara y accesible, y a abrirse a nuevas ideas. Así, la interacción intergeneracional crea un ambiente de aprendizaje mutuo.

“En este espacio la voz de los jóvenes es nuestra guía. Ellos vienen y nos dan sus ideas, y nosotros las terminamos de redondear. Los acompañamos en el proceso, pero siempre escuchamos lo que ellos quieren realizar y aprender, con el fin de que sientan que aquí realmente empieza su etapa como investigadores”, añadió.

Aprovechen las oportunidades

Como protagonista de una experiencia exitosa del programa Jóvenes Hacia la Investigación, Diego recomendó a sus compañeros tomar las oportunidades que les ofrecen las Facultades, los CCH y los planteles de la Escuela Nacional Preparatoria, ya que cada curso, taller y actividad extracurricular suma.

“He aprendido a observar mejor, a investigar por mí mismo, a ser más curioso”.

“En mi caso, he participado en diversos cursos y concursos, y esto me ha abierto los ojos a todo lo que puedo lograr. Gané el tercer lugar en el Interprepas de Física, algo que nunca imaginé. Pero, más allá del reconocimiento, fue una experiencia que me enseñó a observar mejor, a plantear mis propios métodos de investigación, a ser más curioso y analítico”, dijo.

González Reyes complementó: “No esperen a estar en la universidad para buscar experiencias reales de aprendizaje. Cuando en preparatoria encuentren programas, estancias, cursos, actividades científicas o artísticas, ¡aprovéchenlos! No se trata solo de pasar materias o de tener un buen promedio. Al final del día, lo que más pesa es la experiencia que hayas ganado, lo que hayas creado, lo que hayas construido con tus propias manos y mente”.

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