En medio de una fuerte lluvia y con un notable retraso, Lupita D’Alessio ofreció lo que podría ser su último concierto en el Auditorio Nacional, como parte de su gira de despedida tras anunciar que dejará los escenarios este año. Con 71 años de edad y más de cinco décadas en la música, la intérprete mexicana reunió a 10 mil asistentes que la ovacionaron de principio a fin.

La noche arrancó con el tema “Cómo se llama”, que de inmediato encendió los ánimos. El público, mayormente adulto, respondió con una energía que contrastaba con el clima lluvioso del exterior. El concierto se retrasó debido a la tormenta y a la participación previa de su hijo Ernesto D’Alessio, quien la acompañó más adelante para interpretar juntos el tema “Ni guerra, ni paz”.

Durante poco más de dos horas, la también conocida como La Leona Dormida hizo un recorrido emocional por su repertorio, incluyendo clásicos como “Hazme olvidarlo”, “Leona dormida”, “Ese hombre”, “Mudanzas” y “Costumbres”, este último con arreglos renovados. Cada canción parecía una despedida, con ovaciones que confirmaron el cariño que el público le guarda.

Más que un concierto, la presentación tuvo tintes de homenaje. D’Alessio recordó pasajes clave de su carrera, que abarca no solo la música sino también televisión y teatro. “Aquí estoy”, dijo al micrófono antes de una de sus canciones más emblemáticas, como una declaración firme de cierre, pero también de gratitud.

El Auditorio Nacional, recinto donde ha cantado en 20 ocasiones, volvió a ser testigo de su poder escénico. A pesar de los años, su voz sigue manteniendo la fuerza que la llevó a representar a México en festivales internacionales, como el OTI.

Entre lágrimas, aplausos y coros, Lupita se despidió dejando claro que su legado no termina en el escenario. Su música ya forma parte de la memoria colectiva de varias generaciones.

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foto ilustrativa

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