Con un tono desafiante y sin intenciones de ceder terreno, el presidente Donald Trump reafirmó este fin de semana que el 9 de julio será la fecha definitiva para que países que no hayan llegado a un nuevo acuerdo comercial con Estados Unidos enfrenten nuevos aranceles de hasta el 50 %. En medio de tensiones internacionales, Trump insiste en que ya no habrá más prórrogas para negociar.

Durante una entrevista con Fox News, el mandatario aseguró que, aunque tiene la facultad de retrasar la imposición de tarifas, no considera necesario hacerlo. “No creo que vaya a necesitarlo”, declaró, al referirse a posibles extensiones, y agregó que tiene listas las cartas que notifican formalmente los nuevos gravámenes a los países que sigan fuera del acuerdo.

El plan comercial que impulsa forma parte de una política apodada “Liberation Day Tariffs”, que contempla tarifas del 10 % al 50 % sobre productos importados, especialmente del sector automotriz y tecnología, si no se logran acuerdos bilaterales. Japón, por ejemplo, fue señalado directamente: “Vas a tener que pagar un arancel del 25 % por tus coches”, dijo Trump, refiriéndose a lo que contendría una de esas misivas oficiales.

Hasta el momento, solo China y Reino Unido han cerrado acuerdos comerciales con la administración Trump bajo estas nuevas reglas, mientras otros países —incluyendo socios tradicionales como Canadá, México y la Unión Europea— siguen en negociaciones. En el caso de la UE, ya se han hecho llamados públicos para extender el plazo de diálogo, algo que el equipo de Trump ha descartado abiertamente.

La fecha del 9 de julio marca el fin de la moratoria de 90 días que Estados Unidos concedió desde la entrada en vigor de la ley aprobada por el Congreso en abril. Si no hay avances, la nueva ronda de aranceles podría generar fricciones diplomáticas y económicas en plena campaña electoral.

Trump ha insistido en que el comercio debe “beneficiar primero a los estadounidenses”, y asegura que esta medida ayudará a repatriar empleos e incentivar la producción nacional. Sin embargo, sectores empresariales y analistas advierten que las represalias podrían provocar alzas de precios y complicaciones en las cadenas de suministro globales.

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xmh