México.- El Chelsea FC logró el pase a los cuartos de final del Mundial de Clubes FIFA 2025 tras su victoria por 1-4 frente al SL Benfica. Fue un partido accidentado, que tuvo que ser suspendido temporalmente por la amenaza de tormenta eléctrica en el Estadio Bank of America de Charlotte y que necesitó de una prórroga para dirimir un ganador. Finalmente, el conjunto inglés se hizo con la victoria y se medirá al Palmeiras el próximo 4 de julio en el Lincoln Financial Field de Filadelfia.

El segundo partido de la ronda de octavos de final había deparado un duelo puramente europeo. Benfica y Chelsea son dos equipos que se conocen y comenzaron tanteándose el uno al otro. Un respeto inicial que, poco a poco, fue virando en un mayor control del balón del conjunto inglés. Los Blues se mostraron más cómodos con la iniciativa y, en consecuencia, comenzaron a generar peligro.

Sobre todo, por medio de Cole Palmer, su futbolista estrella. El internacional inglés gozó de algunas de las ocasiones más claras del encuentro. Así, en el 20’ probó suerte con una internada que terminó con un fuerte disparo. Aunque estaba bastante escorado, su tiró tomó puerta. Se encontró, eso sí, con la manopla de Anatoliy Trubin, quien quizá había sido el mejor porteo en la fase de grupos.

Palmer volvió a intentar suerte en el 33’, con idéntico resultado. Aún, así, la mejor actuación del portero del Benfica llegó poco después. Marc Cucurella, muy activo en ataque durante todo el choque, se quedó mano a mano frente al guardameta benquista en el 37’. Disparó duro, pero Trubin sacó una mano rápida y fuerte para despejar el balón. No fue la única ocasión de gol de la que gozó el lateral español, que minutos antes vio como Antonio Silva le sacó un balón con la cabeza sobre la línea de gol.

A la vuelta de vestuarios el partido siguió el mismo guión. El Chelsea volcado sobre la portería del Benfica y los portugueses achicando agua con cierta eficiencia. En el 49' Moises Caicedo probó fortuna desde fuera del área, aunque su disparo se marchó por la línea de fondo. En el 64' Reece James tendría más fortuna.

El primer gol del Chelsea llegó en una falta lateral, sobre el papel ideal para un centro al área. Con todos sus compañeros posicionados al remate, James sorprendió a propios y extraños disparando a puerta. La decisión pilló descolocado a Trubin, algo complicado de ver, que reaccionó muy tarde. La pelota entró en la portería pegada al palo corto. Una genialidad que sirvió para derribar el muro benfiquista.

En el 86' el partido tuvo que ser detenido por amenaza de tormenta eléctrica en Charlotte. Cuando se reanudó, el Benfica, sin nada que perder y con el tiempo en contra, se volcó sobre la portería del Chelsea tratando de recortar distancias. Lo intentó, sobre todo, a balón parado. En una falta al borde del área cometida sobre Di María, y botada por el propio argentino, Malo Gusto cometió penalti por mano dentro del área. El Fideo tomó el balón, lo acomodó a los 11 metros y, en el que podía ser su último partido con las Águilas en caso de derrota, batió a Rober Sánchez con un disparo raso y por el centro de la portería, lo que mandó el partido a la prórroga.

Al inicio del tiempo extra, el Benfica se quedó con un jugador menos por expulsión de Gianluca Prestianni. Esta circunstancia hizo que el Chelsea se volcase sobre la portería de Trubin, con los lisboetas aguardando para salir a la contra con Andrea Belotti, Kerem Akturkoglu y, sobre todo, Di María. El argentino fue el más incisivo, aunque no estuvo acertado en los metros finales. Por parte inglesa el peligro lo llevó, sobre todo, Palmer. De hecho, la jugada del segundo gol de los Blues nació de sus botas. El mediapunta cedió para Moises Caicedo, que disparó a puerta. Su chut fue rechazado por Trubin, aunque dejó la pelota muerta en el área. Christopher Nkunku estuvo atento e incisivo y, a la segunda, logró introducirla dentro de la portería.

Con el partido completamente roto, Pedro Neto sentenció en el 114' y Kiernan Dewsbury-Hall cerró el resultado tres minutos más tarde. El encuentro supuso, además, la despedida de Ángel Di María del Benfica, uno de los clubes de su vida.

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Foto @ChelseaFC

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