México.- En el mundo, las aves marinas enfrentan una situación de amenaza ya que en promedio 42 por ciento se encuentra en alguna categoría de preocupación: desde casi extinta hasta extinta.

Yuliana Bedolla Guzmán, integrante del Grupo de Ecología y Conservación de Islas AC., alertó lo anterior durante el XV Seminario Rafael Martín del Campo y Sánchez. Restauración ecológica, organizado por la Facultad de Ciencias de la UNAM.

Son un grupo diverso de distribución en el planeta, y como depredadoras proporcionan un indicador valioso de la salud del mar, añadió la bióloga marina.

La experta detalló que se trata de organismos que van desde especies pequeñas como los petreles con apenas 20 centímetros de longitud, hasta los albatros que pueden medir 3.5 metros de envergadura.

Su conexión con el mar las hace únicas, dependen prácticamente de este ambiente para su sobrevivencia toda vez que pasan 90 por ciento de su vida en el agua y regresan a la superficie a anidar, principalmente en sitios que consideran seguros, manifestó.

La científica mexicana abundó: cumplen diferentes roles como el transporte de nutrientes entre los ambientes marinos y terrestres, son fertilizadores naturales con su guano o los residuos que dejan durante su proceso de anidación.

En la sesión Conservación de especies de aves marinas y sus sitios de anidación, Bedolla Guzmán acotó que, además, son reguladores naturales de las presas de las que se alimentan. En sus cuerpos, huevos o polluelos acumulan contaminantes que, al ser analizados, indican qué tanta polución hay en el ambiente donde se distribuyen.

Al estudiar su biología reproductiva y distribución, por ejemplo, observamos que ocurren cambios en el océano; o podemos determinar si las condiciones en el mar son idóneas o no para ellas, señaló.

Tienen relevancia también en los aspectos cultural y económico, pues existe una industria del turismo basado en aves marinas, principalmente en aquellas pelágicas que en numerosas ocasiones resulta difícil observar.

Enfrentan peligros en el mar por la sobrepesca que daña en particular a los albatros; en la superficie suelen ser cazadas en sus sitios de anidación, en especial por gatos ferales (que han crecido sin contacto humano) y ratas, los cuales han extinguido especies o extirpado colonias de manera local.

A decir de la especialista en aves marinas con experiencia en islas, también son afectadas por el cambio climático, ya sea por la modificación en la distribución de sus presas o aumento en la cantidad de tormentas que vuelven inseguro su lugar de nidificación.

De igual manera, por la colecta directa de sus huevos y polluelos; enfermedades como la influenza aviar, recurrente en los últimos años; causas emergentes como los plásticos; el desarrollo de las urbes y los parques eólicos.

México, en particular, es importante para estos animales: ocupa el segundo lugar a nivel mundial por el número de especies que aquí anidan exclusivamente; y el tercero por la cantidad de estas (126) que aquí habitan, por debajo de Nueva Zelanda y Estados Unidos.

Destacó que en Isla Guadalupe anidan especies únicas en el orbe, cuyo deterioro de su hábitat redujo sus comunidades comprometiendo su continuidad, entre ellas dos tipos de petreles y 99 por ciento del mérgulo de Guadalupe.

En Isla Natividad vive 95 por ciento de la población mundial reproductora de la pardela mexicana, y en el Archipiélago de Revillagigedo anida cien por ciento de la correspondiente a la pardela de Revillagigedo.

El panorama en México no es tan desolador como a escala global. Sin embargo, es alto el porcentaje de aves marinas incluido en alguna categoría de extinción o en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza: 24 por ciento.

Al respecto, enfatizó que en la NOM-059-Semarnat-2010 que protege a las especies o poblaciones de flora y fauna silvestres en riesgo en el país, 19 por ciento está incluido. Tenemos el paíño de Isla Guadalupe, considerado posiblemente extinto en vida silvestre, y la pardela de Isla Revillagigedo que se estima está en peligro de desaparecer o críticamente amenazada porque quedan menos de 100 parejas reproductoras.

Para tratar de revertir esa situación, el Grupo en el que participa, junto con expertos y diversas instituciones federales en México, como la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, organizaciones de la sociedad nacionales e internacionales, universidades, cooperativas pesqueras, comunidades y una red de donares, han realizado restauración para recuperar el hábitat y la presencia de las aves.

En los últimos 15 años hemos trabajado con 31 especies en 25 grupos de isla en el Pacífico y en el Golfo. Los datos de largo plazo están en la Península de California y en el Archipiélago de Revillagigedo, con resultados alentadores, concluyó Bedolla Guzmán.

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