La plática en mesas de café por la comentocracia auspiciada también por algunos medios de comunicación, comienza a ser relativa a la sucesión del 2027 en Sinaloa. Pienso que no debería ser aún, el tema que atraiga la conversación. Pienso, además, que los actores políticos no deberían abonar a esa tesitura en estos tiempos.

El calendario. Al 2025 le quedarán seis meses al finalizar julio. Los actores políticos, sobre todo aquellos en el poder o con una representación popular, deberían estar centrados únicamente en su trabajo. Esa labor dará resultados por sí misma. Trabajo mata grilla. Ojo, una cosa es el trabajo verdadero y otra la simulación. Legisladores, alcaldes, cabildos y funcionarios, únicamente deben pensar en cumplir con la tarea encomendada, eso sí, no está peleado comunicar correctamente, con énfasis en correctamente.

Quienes toman decisiones en los partidos políticos lo distinguen bastante bien. En el caso concreto de Morena, el pueblo no se equivoca, después vendran las encuestas y el resultado será inobjetable. En el PRI, por otro lado, lo único que necesitan es congraciarse con Alito Moreno, el gran elector del tricolor.

El primer semestre de 2026 debería ser de reacomodos y acuerdos. Este año es muy pronto para que los políticos se agrupen y comiencen a generar cargadas en favor de quien consideren con mejores posibilidades para competir en el 2027. Todos quieren “comprar barato” y en esas apuestas se genera el divisionismo. Es temprano para generar compromisos que después sean difíciles de sostener por los mismos reacomodos. Esto funciona para todos los partidos.

Los partidos que suelen aliarse a otros, necesitan fortalecer su plataforma y perfilar muy bien sus cuadros para que, al llegar a los acuerdos de coalición, su membresía se vea beneficiada. No deberían perder de vista que su compromiso también es con el pueblo, y no con las plurinominales que suelen pelear.