Una nueva variante de COVID-19, identificada como NB.1.8.1 y apodada por algunos medios como “Nimbus”, ha generado un incremento en los casos reportados en distintas partes del mundo, según informó la Organización Mundial de la Salud (OMS) en mayo. Aunque no representa un mayor riesgo en comparación con variantes anteriores, ha llamado la atención por un síntoma que se ha vuelto frecuente en Estados Unidos y China: un dolor agudo en la garganta, descrito por algunos pacientes como si tuvieran “navajas” al tragar.

La expresión “razor blade throat” (garganta de cuchilla) ha ganado popularidad en redes y en búsquedas de Google, al punto de convertirse en una tendencia en Google Trends en países como Estados Unidos. A la par, términos como “new covid variant painful symptom” han crecido, reflejando la inquietud de la población sobre este posible síntoma distintivo.

Especialistas en salud pública han aclarado que, aunque el dolor intenso de garganta ha sido reportado con esta variante, no se trata de un síntoma nuevo ni exclusivo. De hecho, el COVID-19 siempre ha presentado una amplia gama de síntomas, y su manifestación depende de diversos factores, como la respuesta inmune individual o la carga viral.

“El dolor de garganta puede ser muy intenso en algunas personas, pero eso no significa que todos lo experimenten igual”, explicó el Dr. William Schaffner, del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt, en entrevista con HuffPost. Añadió que “no hay un síntoma único que marque a una infección por COVID”.

En esa misma línea, el Dr. Mark Burns, especialista en enfermedades infecciosas, subrayó que aunque esta subvariante pueda intensificar ciertas molestias, los síntomas más comunes siguen siendo los de siempre: fiebre, tos, fatiga y congestión.

Por su parte, autoridades de salud en China han documentado también un aumento en las consultas por dolor de garganta severo. El neumólogo Zhong Nanshan, figura clave en el seguimiento de la pandemia en ese país, dijo que el malestar de garganta es ahora “más evidente”, pero que el resto de los síntomas no se diferencia demasiado de los brotes previos.

La NB.1.8.1, descendiente de Ómicron, fue clasificada por la OMS como una variante “bajo vigilancia”, es decir, con una presencia creciente pero sin señales de mayor gravedad clínica. Actualmente, su circulación es más activa en países del Pacífico occidental, aunque también se ha detectado en viajeros internacionales en América del Norte y Europa.

La OMS también indicó que las vacunas contra COVID-19 siguen siendo eficaces, tanto para prevenir casos graves como para reducir la carga hospitalaria.

Mientras se actualizan los datos clínicos, autoridades sanitarias insisten en mantener medidas básicas de prevención, como evitar automedicarse ante síntomas fuertes, acudir al médico si el malestar persiste y, en especial, estar atentos si se presentan fiebre alta o dificultad para respirar, signos que requieren atención inmediata.

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xmh