Si has decidido hacerte las uñas de gel en la comodidad de tu hogar, es comprensible que la emoción te haga adquirir tus primeras herramientas sin pensarlo demasiado o, incluso, realizarte una aplicación; sin embargo, hay un paso que no te puedes saltar: informarte.

Saber cómo preparar la uña, qué tipo de aditamentos necesitas y cómo utilizarlos, es un paso inicial que te permitirá obtener excelentes resultados. ¡Te invitamos a que enriquezcas tu aprendizaje sobre el tema con los datos que te daremos en esta nota para que lo domines dentro de poco tiempo!

1.Lo que se hace primero

El protocolo correcto arranca con la eliminación de cualquier rastro de esmalte anterior, seguido de un limado suave para igualar la superficie y eliminar el brillo natural, lo cual no significa adelgazar la uña, sino generar la porosidad justa para que el gel se fije sin levantar. Luego va la limpieza, paso en el que se recomienda utilizar un producto diseñado para este propósito.

Para trabajar la cutícula hay distintos puntos de vista: algunas profesionales aconsejan retirarla para que no interfiera con el sellado del gel, y otras, la empujan hacia atrás con el fin de preservar la barrera natural que protege la matriz de las uñas.

Ambas prácticas son válidas mientras se hagan con cuidado; eso sí, recordando no aplicar el gel directo a la cutícula. Al dedicar unos minutos a la preparación, podrás reducir la posibilidad de levantamientos tempranos, burbujas o bordes irregulares.

2.Elige el equipo que vas a necesitar

Invertir en un kit para hacer uñas de gel puede ser una gran opción para quienes van iniciando; no obstante, es importante que tomes el tiempo de ver opciones para que te asegures de que ofrecen lo que prometen y tu experiencia sea satisfactoria.

Lo ideal es que un set incluya una lámpara LED/UV combinada, con 48 watts de potencia real, capaz de curar una mayor variedad de geles de manera uniforme y rápida; aquellas que son de baja potencia o no tienen temporizador, pueden llegar a comprometer la duración y provocar una sensación de ardor en la uña.

Una base y un top coat de buena formulación también son clave para la adhesión y el acabado; por su parte, las limas deben tener un gramaje de alrededor de 100/180 y estar acompañadas de empujadores de cutícula y removedores de gel que no sean abrasivos. ¿Qué más? Esmaltes con alta pigmentación que rindan y no contengan elementos perjudiciales para la uña.

Si lo prefieres, adquiere las piezas por separado, pero asegúrate de que los productos sean compatibles entre sí.

3.Cuida el secado

Cuando el gel no polimeriza bien, se acumulan capas apenas secas que favorecen el desprendimiento, la formación de burbujas o, peor aún, pueden generar sensibilidad en la uña por exposición prolongada al químico sin catalizar. Muchas veces, esto sucede porque se mueve la mano dentro de la lámpara o el proceso se interrumpe.

Aplicas el color, curas 30 segundos “como viste en un video”, pones top coat y… ¿Listo? No. Si las capas eran gruesas o si el tono era muy oscuro, el tiempo resulta insuficiente, y ojo: la solución no es duplicar los segundos, sino verificar las especificaciones del gel utilizado y seguirlas al pie de la letra.

De nada sirve tener un buen kit para uñas de gel o la mejor lámpara si la técnica que empleas no va a ser la apropiada.

4.Retiro adecuado del gel

Tomarte el tiempo para realizar esta etapa y aprender cuándo y cómo quitar el producto es una excelente forma de proteger tu uña natural. Toma nota:

El gel no debe desprenderse con presión, ni mucho menos rasparse en seco. Ese tipo de prácticas eliminan capas de la uña, adelgazan su estructura y dejan la superficie porosa, dando pie a que se vuelva frágil y se rompa fácilmente.

La técnica más segura es el método soak-off, que consiste en limar con ligereza la capa superior del gel para romper el sellado; se empapan pads con acetona pura, se aplican sobre cada uña y se envuelven con papel aluminio durante unos 10 a 15 minutos.

Después, el producto debe desprenderse con suavidad, utilizando un empujador de cutícula de borde redondeado. Si el gel no sale, lo recomendable es repetir el proceso, no insistir a la fuerza.

5.Espacio, tiempo y luz

La posibilidad de trabajar las uñas en casa no significa que podrás escoger cualquier espacio. Busca una superficie estable, con buena ventilación y libre de polvo o corrientes de aire que puedan contaminar el gel antes de curarse. Asimismo, utiliza una lámpara de escritorio con luz blanca neutra para que hagas aplicaciones precisas.

Respecto a tiempo, ten en cuenta que la actividad no requiere al menos de 45 a 60 minutos si se hace bien, sin contar la preparación ni la retirada. Por más atractiva que te parezca la idea de intentarlo en la cama o en la cocina, lo mejor es que no cedas, a menos que estés dispuesta a lidiar con la frustración de equivocarte por culpa de factores externos.

Tips finales

• No apliques capas demasiado gruesas, de lo contrario, no se logrará un curado completo y el gel podría desplazarse hacia los bordes.
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• No toques la cutícula o la piel con el gel antes de curarlo, pues incluso un leve contacto puede crear un punto de despegue que, con el tiempo, se convertirá en un levantamiento total.
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• No uses primer en exceso, ni abuses del limpiador para que la fórmula del gel no se vea afectada ni se deshidrate la uña.

Recuerda que cometer errores es algo normal al principio, pero el ser consciente de toda la información que te proporcionamos a lo largo de la nota, te permitirá hacer aplicaciones cada vez mejores. ¡Ajusta, corrige y sigue aprendiendo sin miedo!

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Foto Cortesía

clh