México.- Lo que comenzó como una alianza estratégica entre Donald Trump y Elon Musk, dos de las figuras más influyentes de Estados Unidos, se ha convertido en uno de los enfrentamientos políticos más mediáticos de este año.

La confrontación se intensificó cuando Musk, quien durante un tiempo fue considerado uno de los principales aliados del presidente estadunidense, presentó su renuncia al Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés) a finales de mayo de este año, tras calificar como una “abominación repugnante” el proyecto fiscal “único, grande y hermoso”, promovido y llamado así por Trump.

En respuesta, el jefe de la Casa Blanca amenazó con retirar contratos gubernamentales a las empresas de Musk. Ante esto, el CEO de Tesla y SpaceX insinuó, a través de su red social X, que Trump podría estar vinculado en los archivos de Jeffrey Epstein, el empresario acusado de tráfico y abuso sexual de menores. Por su parte, Trump advirtió, en una de sus últimas declaraciones respecto al tema, que Musk enfrentaría “consecuencias muy graves” si decide financiar a los demócratas en las próximas elecciones.

Dichas confrontaciones no sólo fracturaron una colaboración que en sus inicios parecía una alianza fuerte, sino también derivaron en repercusiones económicas, políticas y tecnológicas, tanto en Estados Unidos como en el mundo.

“Este conflicto entre Trump y Musk tiene un trasfondo ideológico y descubre la importancia de las instituciones para contener personalidades dominantes, ya que a lo largo de la historia se han desarrollado mecanismos institucionales que buscan aminorar variables psicológicas para resolver problemas y que se comprenda que los actores forman parte de un marco institucional, en este caso, de una estructura de gobernanza política global”, aseguró Juan Carlos Barrón Pastor, secretario académico del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la UNAM.

“Las tensiones entre Donald Trump y Elon Musk muestran cómo los distintos ámbitos del poder: político, empresarial y tecnológico, que suelen operar por separado, al concentrarse en figuras individuales, terminan exponiendo las contradicciones propias de estos sistemas complejos”, indicó el académico.

Barrón Pastor explicó que siempre ha existido una relación de interdependencia entre el Estado, el gobierno federal estadunidense y las empresas tecnológicas. Asimismo, históricamente ha habido vínculos estrechos entre el sistema empresarial de Estados Unidos y su estructura política.

“La historia de Estados Unidos, desde los padres fundadores, gira en torno a cómo, desde el poder político, se ha intentado contener, conducir y domesticar los impulsos de los grandes magnates corporativos. A la vez, en el caso del gobierno federal y las tecnologías, el gobierno de Estados Unidos no sólo regula las nuevas innovaciones, sino que también invierte en ellas y promueve su desarrollo”. Dicho contexto, mencionó Barrón Pastor, es la raíz de las confrontaciones entre Musk y Trump.

Sus personalidades

María del Carmen Montenegro Núñez, académica de la Facultad de Psicología, afirmó que Donald Trump y Elon Musk no pueden explicarse a partir de una personalidad en particular, sino que su forma de actuar está relacionada con los alcances del poder político y económico que han logrado.

El dominio y la influencia les ha permitido desentenderse de su realidad y creer que dominan el mundo. Es decir, “su comportamiento va más allá de un patrón teórico específico de personalidad”.

Respecto a las etiquetas que se les han atribuido a Trump y Musk sobre un posible narcisismo, Montenegro Núñez aclaró que dicha clasificación no necesariamente aplica en sus casos. Sin embargo, ambos presentan características más parecidas al trastorno de personalidad antisocial (anteriormente conocido como psicopatía).

“En este trastorno no hay empatía, existe un desprecio por los derechos de los demás y una indiferencia hacia las consecuencias de los propios actos imprudentes. Es altamente probable que el conflicto entre estos dos hombres tan poderosos los lleve a tomar decisiones que afecten a otras personas, como los inmigrantes, ya sea para desviar la atención del centro del conflicto entre ellos o como una forma de venganza mutua. Las consecuencias que esto pueda tener sobre la integridad de los demás simplemente no les importan”, reflexionó la académica.

¿Arrepentimiento?

Un nuevo escenario podría perfilarse en la relación de ambos magnates, luego de que Elon Musk, en su cuenta de la red social X, de su propiedad, publicó un tuit a la 1:04 horas del 11 de junio en el que escribe: “Lamento algunas de mis publicaciones sobre el presidente @realDonaldTrump la semana pasada. Fueron demasiado lejos”.

Hasta las 19 horas de ayer, la publicación había registrado 80 millones de visualizaciones, 118.9 mil comentarios, 105 mil retuiteos y 704 mil “me gusta”.

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