En muchos depósitos vehiculares del país, comúnmente conocidos como corralones, se acumulan autos que han dejado de circular por distintas razones: desde infracciones sin resolver hasta procesos judiciales pendientes. Sin embargo, lo que no todos saben es que una parte de estos vehículos puede terminar en subastas públicas, donde cualquier persona interesada puede participar y adquirir un auto a precios considerablemente más bajos que los del mercado tradicional.

De acuerdo con la normativa federal vigente en materia de transporte, un automóvil se considera en estado de abandono cuando permanece más de 90 días naturales en un corralón sin que su dueño lo reclame ni presente los documentos legales correspondientes. Una vez transcurrido ese lapso, el vehículo puede ser transferido al patrimonio del Estado —ya sea federal o local— dependiendo de la autoridad que lo tenga bajo resguardo.

A partir de ese momento, existen dos destinos posibles para estas unidades: ser enviadas al deshuesadero o ser puestas en venta a través de una subasta abierta al público. Esta última opción se ha convertido en una vía accesible para quienes buscan adquirir un vehículo sin desembolsar una gran cantidad de dinero. Los lotes disponibles pueden incluir desde autos y motos hasta camiones, todos en condiciones variables pero con precios muy por debajo de lo habitual.

El Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado (INDEP), organismo que reemplazó al antiguo Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE), es el encargado de organizar estas subastas desde 2020. Las convocatorias pueden ser presenciales o en línea, y se publican con anticipación en su portal oficial. También participan otras entidades, como fiscalías estatales, aseguradoras o autoridades judiciales, que realizan sus propias ventas bajo criterios similares.

Cabe aclarar que no todos los vehículos almacenados en corralones son elegibles para este proceso. Quedan excluidos aquellos que estén ligados a investigaciones judiciales en curso, tengan reporte de robo o cuya situación legal no haya sido resuelta. Por ello, es importante leer con atención las condiciones de cada subasta.

Si una persona resulta ganadora de una puja, deberá cubrir el monto ofrecido, pagar los derechos de salida del corralón y presentar su identificación oficial. Una vez completados estos pasos, el vehículo puede ser retirado y regularizado ante las autoridades correspondientes.

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xmh