Atlixco, Pue. – En algunas de las comunidades rurales de este municipio se esconde un fenómeno productivo quizás poco documentado: la explotación intensiva y artesanal de leche de traspatio.

De acuerdo con la versión de Fernando García De la Torre, actual delegado regional de la Secretaría de Desarrollo Rural (SDR), en cada hogar del campo es común encontrar dos o tres vacas lecheras criando no sólo tradición, también una microeconomía potente capaz de abastecer de manera silenciosa parte del mercado local.

Compartió lejos de las grandes industrias ahí se produce leche 100 por ciento natural y sin conservadores para convertirla en una joya codiciada para quienes apuestan al tema orgánico y artesanal.

Testimonios de estos pequeños generadores de leche se refieren a eso no es todo: además de ordenar, transforman. En cocinas improvisadas, pero llenas de experiencia, se elaboran quesos frescos, cremosos requesones, mantequillas y cremas, todos con sabor casero y métodos tradicionales de generaciones atrás.

A pesar de su valor nutricional y cultural, estas familias enfrentan dificultades para llegar a más consumidores. La ausencia de canales de comercialización, certificación sanitaria y acceso a mercados más amplios limita el crecimiento de esta industria rural.

México produce más de 13 mil millones de litros de leche al año, pero gran parte de la producción artesanal no se contabiliza oficialmente. Ese líquido de traspatio tiene una mayor demanda en sectores gourmet y orgánicos por su sabor auténtico y frescura. Atlixco, con su clima templado y fértil, es ideal para la crianza de ganado lechero a pequeña escala.

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Foto: Cortesía

cdch