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No vale ocultarse detrás de ropajes indígenas

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Si bien, es inaceptable que Hugo Aguilar sea discriminado por sus orígenes, ello no debe ser confundido con las críticas genuinas

El racismo debe ser condenado. Es retrógrada, intolerante, reaccionario y jamás ha contribuido a la edificación de una sociedad más justa. Sin embargo, se trata de un fenómeno inmemorial que está presente en cada rincón del planeta. 

México no es la excepción. Con la “elección” de Hugo Aguilar como presidente de la Suprema Corte, han surgido comentarios en torno a su inexperiencia al frente de un juzgado y sus vínculos políticos con el obradorismo

El oficialismo y sus propagandistas se han dedicado los últimos días a denunciar actos de racismo contra Aguilar. Han sostenido que las críticas contra el indígena mixteco derivan del “racismo” de la oposición y de cualquier hombre o mujer que alza la voz para comparar la trayectoria académica del futuro ministro con la de sus antecesores en la Corte.

El discurso oficialista ha utilizado la problemática del racismo como lema de campaña. Lo hizo AMLO en su momento, desde la querella innecesaria con España hasta sus reiterados discursos en las mañaneras. Sheinbaum y los suyos lo han retomado como instrumento de polarización; sabedores, desde luego, que la exaltación del problema endémico favorece los intereses políticos del partido en el gobierno.

Sí, desde luego que es inaceptable que Aguilar sea criticado, y si se quiere, discriminado, por sus orígenes. Sin embargo, el rechazo exigido a estas prácticas racistas no deben ser confundidas con las críticas genuinas, válidas y pertinentes en torno a su trayectoria y experiencia que le habiliten para ser, nada más ni nada menos, que presidente de la Suprema Corte.

Los orígenes mixtecos de Aguilar no son sinónimo de inteligencia, de conocimientos jurídicos, de trayectoria, de independencia política y mucho menos representan credenciales para ostentar el cargo de mayor responsabilidad de Estado en el mundo jurídico. 

En suma, la sociedad mexicana sí que debe repudiar actos y comentarios racistas contra Aguilar. Sin embargo, sus defensores y el propio futuro ministro no deben esconderse detrás de sus ropajes indígenas para sacudirse cualquier crítica relacionada con sus competencias y trayectoria. No vale dejarse engañar.

 

Columna de JMantente al tanto de todas las noticias de Puebla y el mundo. Haz clic aquí para seguir explorando nuestro portal.osé Miguel Calderón en SDP Noticias

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