Tras la reforma migratoria instaurada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump y el incremento de vigilancia para inhibir el paso de personas en tránsito, el albergue de la Sagrada Familia en Apizaco, Tlaxcala, registró un descenso de 70 % en el flujo migratorio, debido a que la población replantea su proyecto para migrar y espera tiempos más adecuados.

En este sentido, el director del refugio, Sergio Luna, explicó que de enero a mayo atendieron a 900 migrantes, pues hoy en día las rutas tradicionales de tránsito Apizaco-Tlaxcala y del Altiplano Central reportan un flujo reducido de migrantes centroamericanos, principalmente de Honduras, seguido de Venezuela, Guatemala, El Salvador y Nicaragua.

Los albergues aliados tienen también una disminución, pero mantienen los servicios de atención humanitaria para ofrecer alimento, alojamiento, higiene personal, consultas médicas, entre otros servicios.

El flujo ha disminuido, esto coincide con las estadísticas de las autoridades federales que dijeron que hasta 85 % disminuyó el flujo. Frente a las amenazas de cruzar la frontera de México y las deportaciones masivas hace que los migrantes decidan esperar un momento para seguir su camino.

Hasta el momento no es significativo el número de extranjeros deportados de EE. UU. y que lleguen a México; mientras que de los connacionales deportados no son en conjunto, de tal manera que las repatriaciones son similares a los años anteriores, afirmó Luna.

Los mexicanos deportados llegan al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles y a Guadalajara y en esos lugares deciden posponer retornar a Tlaxcala, pues prefieren quedarse en ciudades con mayor movimiento económico y posibilidades de empleo.

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LMR