Aunque muchas veces los platillos tradicionales son vistos como poco saludables, lo cierto es que un desayuno mexicano bien planeado puede ser una herramienta útil para quienes buscan bajar de peso. La clave está en elegir bien los ingredientes, cuidar las porciones y evitar métodos de cocción con exceso de grasa.

Una combinación recomendada por especialistas en nutrición incluye nopales con huevo, frijoles cocidos, tortillas de maíz y agua de limón sin azúcar. Este desayuno, además de ser parte de la cocina cotidiana, aporta nutrientes que ayudan a controlar el apetito, mantener estables los niveles de glucosa y cuidar la masa muscular.

Los nopales, por ejemplo, son ricos en fibra soluble. Esta fibra no solo mejora la digestión, también ayuda a reducir el colesterol malo. Además, contienen compuestos que, según estudios de la UNAM y el Instituto Nacional de Nutrición, pueden disminuir la absorción de azúcar en el cuerpo, lo que resulta útil para personas con riesgo de diabetes.

Por su parte, el huevo es una fuente reconocida de proteína de alta calidad. Comerlo por la mañana puede dar una sensación de llenura que dura varias horas, de acuerdo con investigaciones como una publicada en el International Journal of Obesity, donde se sugiere que incluir huevos en el desayuno podría incluso apoyar la reducción del peso corporal al evitar antojos más tarde.

Los frijoles cocidos —sin añadir manteca ni grasa— son otra pieza clave. Media taza aporta fibra y proteína vegetal. Las legumbres como los frijoles están relacionadas con mejores indicadores de salud metabólica y, según un artículo del Journal of Nutrition, su consumo frecuente puede contribuir a una cintura más reducida.

Las tortillas de maíz no se quedan atrás. Gracias al proceso de nixtamalización, contienen más calcio que otras opciones de pan o tortillas de harina. También tienen un índice glucémico bajo, lo que significa que no disparan el azúcar en sangre como lo hacen otros carbohidratos refinados.

Para cerrar el desayuno, un vaso de agua con jugo de limón (sin azúcar añadida) puede ser una buena alternativa a las bebidas procesadas. Aporta vitamina C, hidrata y es fácil de preparar. Si se desea, se puede añadir un poco de chile o una salsa natural sin aceite, que además de darle sabor, ayuda a acelerar el metabolismo.