• De Paseo

Zihuatanejo e Ixcateopan, Pueblos Mágicos que enamoran en Guerrero

  • Xóchitl Montero
Ambos destinos ofrecen algo más que fotos bonitas: son espacios para detenerse, respirar y reconectar con la historia y la naturaleza

Guerrero. - Si estás buscando escaparte del ruido, reconectar contigo mismo y descubrir lugares con historia y belleza natural, el estado de Guerrero tiene dos joyas que merecen un lugar en tu próxima ruta de viaje. Aunque muy distintos entre sí, Zihuatanejo e Ixcateopan de Cuauhtémoc comparten un encanto especial: ambos han sido reconocidos como Pueblos Mágicos por su riqueza cultural, natural e histórica.

Zihuatanejo es el destino ideal para quienes sueñan con una playa tranquila, sin los excesos del turismo masivo. Este antiguo pueblo pesquero, ubicado en la Costa Grande, conserva su aire relajado y auténtico. Desde caminar por el tradicional Paseo del Pescador, donde cada mañana los barcos regresan con su carga del mar, hasta disfrutar un café con vista a la bahía, Zihuatanejo ofrece una experiencia cercana y cálida.

Si eres fan de la bicicleta, no te puedes perder la ciclopista que conecta Zihuatanejo con Ixtapa: un trayecto entre manglares, aves tropicales y, con suerte, animales como iguanas o mapaches. Y para quienes buscan playa con adrenalina, Playa Las Gatas o Playa La Ropa son perfectas para deportes acuáticos o nadar en aguas tranquilas. Además, muy cerca se encuentra la zona arqueológica de Xihuacan, un sitio poco conocido que guarda vestigios de culturas que habitaron la región antes de la conquista.

Por otro lado, si prefieres los paisajes montañosos y estás interesado en la historia prehispánica, Ixcateopan de Cuauhtémoc, al norte del estado, es una parada obligada. Este pequeño pueblo guarda una leyenda poderosa: aquí habrían nacido y reposan los restos del último tlatoani mexica, Cuauhtémoc. La Parroquia de la Asunción de María, más que un templo, es también un museo donde se conservan retablos coloniales, arte sacro y vestigios que conectan con el pasado indígena.

Muy cerca, la zona arqueológica de Ixcateopan revela huellas de ocupaciones desde el año 350 d.C., con cinco distintas etapas culturales documentadas. Aunque es un sitio modesto en tamaño, tiene un valor simbólico profundo para la historia del país.

Ambos destinos ofrecen algo más que fotos bonitas: son espacios para detenerse, respirar y reconectar con la historia y la naturaleza. Ya sea con los pies en la arena o frente a una construcción del siglo XVI, Guerrero sigue demostrando que tiene mucho más que playas: tiene alma, tradición y relatos que merecen ser descubiertos.

 

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foto cortesía 

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