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Elevados, los costos de la inacción climática

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Son un obstáculo para el crecimiento, por lo que ese tema debe atenderse e incluirse en las estrategias de desarrollo

México.- El cambio climático sigue siendo uno de los principales estresores en los territorios, pero no es el único. Para transitar a una economía de carbono neutral (es decir, en la que se emite la misma cantidad de dióxido de carbono a la atmósfera de la que se retira), necesitamos modificar nuestros patrones de producción y consumo, señalaron expertos de la UNAM.

Luis Miguel Galindo Paliza, profesor de la Facultad de Economía (FE), alertó que los costos de la inacción climática son particularmente elevados y se vuelven un obstáculo para el crecimiento, por lo que ese tema debe atenderse e incluirse en las estrategias de desarrollo.

Al participar en la mesa “Economía del Cambio Climático en México”, organizada por la Coordinación Universitaria para la Sustentabilidad UNAM y el Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc), detalló que en esas estrategias se debe incorporar, de manera fundamental, la correlación con la parte de emisiones de gases contaminantes.

En el encuentro, realizado Rumbo a la Cumbre de Rectoras y Rectores de Universidades Mexicanas por la Acción Climática 2025, el experto mencionó que en México hay patrones de consumo para los diferentes sectores o deciles; por ejemplo, el gasto total en alimentación baja conforme las personas son de ingresos más altos.

Conforme la gente sale de la pobreza y se convierte en grupos de ingresos bajos y medios, refirió el universitario, gasta; “esa es una buena explicación de cuál es el estilo de desarrollo que tenemos, y la imposibilidad –si mantenemos esos patrones de consumo– de llegar a la descarbonización profunda”.

Se ha dicho que una economía rica es aquella en la que los ricos también usan los servicios públicos; sin embargo, en nuestro caso, conforme somos más ricos gastamos menos en alimentos, pero más en educación, salud y transporte privados, y eso “sale más caro”, consideró en el Auditorio Ricardo Torres Gaitán del IIEc.

Así, vivimos en una sociedad más segmentada, en la que los pobres se concentran en utilizar los servicios públicos. Pero no sólo eso: migra hacia mayores emisiones de carbono, porque se incrementa el transporte privado y se generan consecuencias negativas adicionales. “Esa es la paradoja del desarrollo actual que necesitamos modificar”.

Lograr una transición climática requiere cambiar los patrones de producción y consumo. Si no incluimos el componente de emisiones y cómo se liga con la estructura económica, cualquier estrategia de desarrollo quedará “coja” y necesitará ser rediseñada. “Hace muchos años pensábamos que primero se hacían ricos y después verdes; hoy debemos pensar que primero debemos ser verdes para volvernos ricos en el largo plazo”, concluyó.

Al hablar de los efectos socioecológicos del cambio climático en la costa de Oaxaca, Sophie Ávila Foucat, del IIEc, señaló que en un sistema socioecológico hay factores de cambio, como el climático, que afectan los servicios ecosistémicos (relacionados, por ejemplo, con el ciclo del agua y su provisión, producción y servicios culturales, como el turismo).

En la sesión moderada por Karina Caballero Güendulain, docente de la FE, la experta dijo que el cambio climático sigue siendo uno de los principales estresores en los territorios, pero no el único. Aunque es un proceso global, genera cambios locales, como los ciclos de lluvia, derivados de otras modificaciones, como las del uso de suelo.

Los efectos del cambio climático en la producción de café han significado una caída de los rendimientos hasta del 24% y una pérdida en la provisión superficial de agua del 10 %, reducción en la capacidad de retención de sedimentos del 5 %; es decir, hay más erosión de suelos y llegan más sedimentos a las partes bajas de los ríos y a los arrecifes, que son importante para el turismo y la captura de carbono. Y el fenómeno de El Niño del año pasado tuvo grandes efectos en esos ecosistemas y generó casi el 90 % de su blanqueamiento en la zona de Huatulco.

Hay destinos que requieren recursos naturales para atraer al turismo, pero también infraestructura, capital social y humano, así como financiamiento, un conjunto de capacidades para enfrentar los diversos estresores.

Finalmente, Saúl Basurto Hernández, también profesor de la FE, al referirse a los impactos del cambio climático en la agricultura, recordó que el nuestro es un país megadiverso: mientras con nueve cultivos se cubre el 90% de la agricultura de Estados Unidos de América (EUA), en México se reportan 449 cultivos cada año.

La pregunta es si el cambio climático modificará la latitud, longitud, altitud y patrones de cultivo. En EUA han encontrado que la producción se moverá hacia el norte, y lo mismo ocurrirá en la región nórdica, que actualmente es más fría.

En su estudio, basado en un modelo con 39 posibilidades de cultivos, cada uno de los cuales reacciona de manera diferenciada al clima (temperatura, precipitación, etcétera), y tomando en cuenta variables socioeconómicas (ingresos netos), densidad de población, elevación, calidad del suelo, etcétera, observó que la mayoría de ellos se moverá hacia el sureste, que es la región más húmeda, con más agua, y a zonas más elevadas, en los casos de los cultivos en otoño-invierno.

Se trata del primer análisis para un país con niveles de ingreso menores, y que toma en cuenta la transición entre las estaciones del año, ya que, por ejemplo, no es lo mismo un grado más en primavera-verano, que en otoño-invierno, ni más o menos lluvia, finalizó.

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Foto UNAM

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