Pero más allá del golpe a la cartera, lo verdaderamente grave es el riesgo para el menor. Los asientos delanteros no están diseñados para proteger a niños. En caso de choque, las bolsas de aire —que están pensadas para adultos— pueden causarles lesiones serias. A esto se suma que su estatura y complexión no les permite estar bien sujetos con los cinturones convencionales.

 

Lo más recomendable es que los niños viajen siempre en los asientos traseros, usando una silla especial que vaya de acuerdo con su edad, estatura y peso. Existen varias categorías de sillas (como las tipo "huevo", convertibles o boosters), y cada una tiene su función dependiendo del crecimiento del menor.

 

También es clave que todos —niños y adultos— usen el cinturón de seguridad. Muchos accidentes terminan con consecuencias fatales no por la velocidad, sino por no usar el cinturón o por llevar a los menores en lugares indebidos.

 

Si vas a hacer un viaje largo, planea bien: lleva agua, snacks, juguetes o una tablet con contenido adecuado para que el trayecto se les haga más llevadero. Haz paradas cada cierto tiempo para que se estiren y no se desesperen.

 

 

 

 

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xmh