• Puebla

Se alargará el arzobispado de Víctor Sánchez por la muerte del papa Francisco

  • Municipios Puebla

Tal como se advirtió en este espacio –el pasado 27 de febrero–, la delicada salud del prelado Jorge Mario Bergoglio iba a ser un factor de peso, una condicionante, para alargar el mandato de Víctor Sánchez Espinosa como líder de la iglesia católica a nivel local. La repentina muerte del Papa Francisco –ocurrida este lunes– seguramente llevará a que el arzobispo de Puebla prolongue su mandato hasta los años 2026 o 2027, pese a que a finales de mayo próximo debe presentar su renuncia obligada por cumplir 75 años.Es decir, se plantea un posible escenario similar al del anterior arzobispo de Puebla, Rosendo Hueca y Pacheco, quien luego de presentar su renuncia al Vaticano, pasaron dos años en que fue sustituido precisamente por Víctor Sánchez Espinosa.

El artículo 401 del Código Canónigo establece que los obispos y cardenales, en cuanto cumplan 75 años, deben presentar su renuncia al cargo. Pero después queda una laguna que no establece en que plazo deben ser sustituidos.

El reemplazo se decide por un margen de discrecionalidad del jefe del Estado Vaticano, es decir el papa, quien cuando tiene agrado e identidad por un prelado, le puede rechazar la renuncia o dejarlo en el puesto varios años más. Al revés, cuando no hay afinidad o confianza con los obispos o cardenales que llegan a la edad límite, de inmediato se nombra a quienes los deben de sustituiEjemplo de lo anterior: el nefasto cardenal Norberto Rivera Carrera, con un pasado obscuro en la diócesis de Tehuacán y en sus relaciones con el poder político, fue reemplazado antes de cumplir los 76 años, como una muestra de que el entonces papa alemán Benedicto XVI ya no quería al prelado poblano como cabeza de la grey católica de México. Fue una expresión de elegante repudio.

Al revés, Rosendo Huesca y Pacheco estuvo en activo un bienio más después de su dimisión. Podía haberse quedado más tiempo, pero por complicaciones en su estado de salud se decidió su retiro definitivo. Había hacia él un agradecimiento por haber sido un factor de pacificación entre los sectores de la extrema derecha poblana y la izquierda, lo cual posibilitó que nunca hubiera una purga en las filas católicas contra los sacerdotes y monjas que promovían la llamada opción por los pobres.

Ahora es previsible que, luego de su fecha de cumpleaños el próximo 21 de mayo, José Víctor Manuel Valentín Sánchez Espinosa, presente se carta de retiro como arzobispo de Puebla, pero quedará en la incertidumbre de la fecha en que se le retire de su responsabilidad como líder de la iglesia Católica.

Todo hace suponer que, por lo menos, este año no habrá un nuevo arzobispo y Sánchez Espinosa seguirá activo, luego de que salió bien librado de una reciente operación de rodillas.

El escenario que se perfila es el siguiente: las dos últimas sucesiones papales duraron menos de un mes. Al morir –en abril de 2005– Juan Pablo II, 23 días después fue nombrado por el cónclave de los cardenales el alemán Benedicto XVI como jefe del culto católico.

Y cuando el 28 de febrero de 2013 renunció Benedicto XVI, que fue el primer papa en dimitir en 600 años, fue remplazado en marzo del mismo año por el argentino Francisco, que para muchos fue el primer jefe del Estado Vaticano de izquierda.

A las 7:35 de la mañana de este lunes, tiempo de Italia, murió Francisco, luego de haber estado 37 días hospitalizado por neumonía y otras semanas más en reposo en la Casa de los Sacerdotes del Vaticano.

Según las experiencias anteriores es probable que, en el próximo mes de mayo, habrá un nuevo líder mundial de la iglesia católica.

Sin embargo, siempre un nuevo pontífice tarda entre 12 y 18 meses en organizar el gobierno del Vaticano y en tener una evaluación de las 24 iglesias que obedecen al Vaticano, de las cuales una es latina y 23 orientales, que representan a mil 400 millones de fieles en el planeta.

Por lo que el nombramiento de nuevos obispos y cardenales podría ser un asunto que se empiece a resolver hasta mediados de 2026 o hasta dentro de dos años.

Y otro factor importante será el signo político del nuevo papa: si es alguien de izquierda o liberal, como lo era Jorge Mario Bergoglio, todo hace suponer que no querrá remover a Víctor Sánchez Espinosa, quien ha sido un prelado doctrinal y alejado de la extrema derecha.

Pero si llega un pontífice de extrema derecha y conservador, como lo fue Juan Pablo II, es probable que de inmediato buscará que a Puebla llegue un nuevo arzobispo con ese talante, para regresar a este culto religioso a la época medieval, como como les gusta a los fascistas, es decir al Opus Dei y a El Yunque.

 

Columna de Fermín García en La Jornada de Oriente

Foto Especial

clh

municipios_interiores: 

Encuesta

¿Usted ha recibido apoyos del gobierno del estado en el último mes?