Puebla, Pue.- Aunque hay avances en los derechos de la población trans en nuestro país, aún hay obstáculos jurídicos, burocráticos y culturales que dificultan su pleno goce, incluyendo a las personas menores de 18 años, juventudes, adolescencias, infancias o niñeces trans, expresa le directore de Políticas de Igualdad y No Discriminación de la Coordinación para la Igualdad de Género en la UNAM (CIGU), Rubén Hernández Duarte.

Uno de los reclamos históricos de este colectivo ha sido el reconocimiento legal y social de las identidades de género trans y no binarias. Hoy, como resultado de esta movilización, más de 20 entidades de la República mexicana cuentan con algún mecanismo para hacer efectivo ese derecho.

Otro adelanto importante, añade, tiene que ver con la habilitación de algunos espacios públicos de atención de la salud especializados, en materia de salud física y psicoemocional, como la Unidad de Salud Integral para Personas Trans (USIPT) en Ciudad de México.

El tercer aspecto, detalla en entrevista, se refiere al “aumento modesto, pero significativo”, en la visibilidad y en su digna representación en medios de comunicación masivos e independientes: cine, televisión, literatura, música y redes sociodigitales.

Lo anterior se vincula de manera significativa con los procesos de desestigmatización y de despatologización de las corporalidades, identidades, subjetividades y experiencias trans, en el sentido de que constituyen una apuesta ética y política por el reconocimiento de las personas trans y no binarias; “somos seres humanos y nuestras identidades no son ni enfermedades ni crímenes”, manifiesta.

Con motivo del Día Internacional de la Visibilidad Transgénero, a conmemorarse el 31 de marzo, Hernández Duarte también refiere la presencia y participación de esa población en espacios de representación política, deportivos, de creación artística y de construcción de conocimiento académico y científico, “en el entendido de que su mirada y experiencia resultan fundamentales para la construcción y la transformación de los diferentes entornos que forman parte de la vida social”.

En 2022, el INEGI dio a conocer los resultados de la Encuesta Nacional sobre Diversidad Sexual y de Género (ENDISEG, 2021). Entre ellos reveló que dentro de la población de 15 años y más en nuestro país, 909 mil personas reconocen en su vida una identidad de género que disiente, desafía o desobedece el género asignado al nacer. Esto corresponde a 0.9 por ciento del total de la población.

Grandes retos

Al hablar sobre las problemáticas en la materia, Hernández Duarte agrega que desafortunadamente México es unos de los países donde se registra un mayor número de asesinatos y violencias agudas hacia las disidencias sexuales y de género, particularmente hacia personas trans.

En agosto de 2024 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos condenó la violencia perpetrada contra personas LGBTI y las muertes violentas de personas trans y de género diverso. “La información en medios de comunicación indica que desde el mes de enero (de ese año) se han registrado 36 asesinatos de mujeres trans. Solo en los meses de junio y julio han ocurrido al menos ocho asesinatos en diferentes estados de México. Para efectos comparativos, la información pública refleja que en 2023 se documentaron 43 casos”.

Una parte importante de dicha población también enfrenta una situación de precariedad laboral y económica. Esto se relaciona con condiciones de exclusión social y discriminación estructural que dificultan el acceso a formas de trabajo dignas, bien remuneradas y que ofrezcan seguridad social, señala le directore.

Asimismo, otra problemática es el acceso integral al derecho a la salud sin discriminación, en materia física, sexual y psicoemocional, y no menos importante “la lamentable reproducción de dinámicas sistemáticas de discriminación directa en la vida cotidiana, en el hogar y en el espacio público que se traducen en formas de trato diferenciado, no justificado, que afectan el ejercicio de sus derechos y libertades”.

Se debe colocar en la discusión el derecho al amor y a la ternura de las personas trans y no binarias, una posibilidad de la cual históricamente han sido privadas, por determinados valores y representaciones sociales que las han construido como “enfermas”, “criminales”, “monstruosas” y por lo tanto no merecedoras de una vida basada en el amor, la armonía, la ternura y la dignidad, añade.

Visibilidad

En el escenario actual, de auge de discursos y políticos de ultraderecha, advierte, es necesario recordar que las garantías inalienables en general, y las de las personas trans en particular, han sido un logro histórico de la movilización política de disidencias sexuales y de género.

Sin embargo, “el contexto de ataque y odio hacia nuestro colectivo nos muestra que es fundamental sostener una organización que apueste por la defensa de los derechos que han sido ganados, su no regresión y aún más, el avance de un proceso que amplíe las libertades y los derechos sexuales y de género para todas las personas”.

Dar visibilidad a las personas trans es un asunto de justicia histórica y social que se vincula con el principio básico de reconocer que las mujeres trans, los hombres trans, las personas no binarias y un colectivo aún más amplio que desafiamos el binarismo de género, existimos, dice.

Además, “sin las personas trans y no binarias, la narrativa de quiénes somos los seres humanos, de quiénes somos las personas, no está completa”.

En la UNAM, destaca le integrante de la CIGU, existen mecanismos para el reconocimiento de las identidades de género de las personas trans y no binarias. El alumnado, el personal académico y administrativo tienen la posibilidad de solicitar o actualizar sus registros de identidad legal, así como el reconocimiento a nivel social de su identidad de género y nombre elegidos, y los pronombres que cada persona utiliza para referirse a sí misma.

De igual forma, al menos mil 168 integrantes de la comunidad universitaria se reconocen como parte de esa población: mujeres trans, hombres trans, personas no binarias, fluidas, queer, entre otras identidades, concluye Hernández Duarte.

Rachel Crandall, mujer transgénero, durante años se ha dedicado a luchar por los derechos de personas como ella y, gracias a su labor permanente, a partir de 2009 se celebra del Día Internacional de la Visibilidad Transgénero.

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