Pese a los deseos del gobierno de Groenlandia por no querer las visitas de funcionarios de Estados Unidos, debido a las amenazas de invasión por parte del gobierno de este país, el vicepresidente estadounidense, JD Vance llego a la isla en el Ártico Norte.

Al vicemandatario lo acompañaron el asesor de Seguridad Nacional, Mike Waltz, y el secretario de Energía, Chris Wright. Si bien inicialmente Vance planeaba que solo fuera su esposa a este viaje, a último minuto el presidente Donald Trump le ordeno acompañarla.

“Nuestro presidente está muy interesados en las medidas de seguridad que deberíamos de tomar en el Ártico, como ustedes ya bien lo saben, y buscaremos tener más presencia aquí en las próximas décadas”, declaró ante los medios de comunicación daneses.  

A pesar de que inicialmente esta delegación planeaba encontrarse personalmente con funcionarios de Groenlandia, ante el rechazo de estos y los señalamientos de intervencionismo político, el viaje fue reducido a simplemente ir a ver la base militar estadounidense en esta región.

El nuevo primer ministro de Groenlandia, Jens Frederik Nielsen, hizo eco a las palabras de su antecesor, criticando que el hecho de que este grupo de personas hayan visitado el país durante un momento de transición de poderes tras las elecciones que se llevaron a cabo.

La oposición contra el gobierno de los Estados Unidos es tan fuerte que, los cuatro partidos políticos de Groenlandia decidieron formar lo que ahora es denominado como un “gobierno cuatripartidista”, con el principal objetivo de enfrentar la presión ejercida por Donald Trump.

Cabe señalar que, un día previo a la llegada de esta delegación, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, considero las ideas de anexión de Trump como algo peligroso, por lo que reforzó la presencia militar rusa en el Ártico Norte, ya que teme un conflicto entre Europa y Estados Unidos.

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Foto: NY Times // Newsweek

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