En la región Laguna de Coahuila a lo largo de una década el colectivo Grupo Vida, formado por familiares de personas desaparecidas, ha recorrido ejidos, ranchos y terrenos olvidados en busca de sus familiares.

Con pico y pala, han excavado la tierra y descubierto 27 sitios marcados por restos óseos, a los que llaman "zonas de exterminio".

El hallazgo más impactante ocurrió en Patrocinio, un ejido en San Pedro, donde en 2015 encontraron restos calcinados, tambos con diésel, esposas y ropa desperdigada. Inicialmente, contaron más de 3,000 fragmentos óseos.

"Es un monstruo", confiesa Silvia Ortiz, representante de Grupo Vida y madre de Stephanie Sánchez Viesca Ortiz, desaparecida en 2004 en Torreón. Asegura que limpiar Patrocinio por completo podría tomar dos décadas. Y mientras trabajan en ocho de estos sitios, otros tres o cuatro permanecen intactos. "No terminamos. Sabemos que hay restos, pero no podemos con todo. Nos faltan manos", lamenta.

Tras Patrocinio, otras comunidades como San Antonio de Gurza, Simón Bolívar, Flores Magón y San Francisco Aguanaval revelaron su propia tragedia. Son territorios que, en su momento, fueron testigos de una guerra brutal entre los Zetas y el cártel de Sinaloa. Hoy, sus tierras guardan los rastros de una violencia que aún clama justicia.

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Foto: Especial

cdch