México.- La película animada Flow invita al espectador a un viaje espiritual cargado de emociones que van desde la ternura hasta la ansiedad. Con una composición artística única, la cinta captura la atención y despierta reflexiones profundas, explicó en entrevista José Ángel Garfias Frías, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.

La trama gira en torno a un gato negro que lucha por sobrevivir en un mundo apocalíptico donde los humanos ya no existen. Durante su travesía, el felino encuentra compañía en personajes muy peculiares: un lémur, un capibara, un perro labrador y un ave.

Aunque en principio podría parecer una película para niños y niñas, Flow aborda temas más profundos dirigidos a un público adulto. “Sin utilizar palabras, maneja mensajes muy sutiles a través de los protagonistas”, señaló Garfias Frías.

Por ejemplo, el felino logra subirse a una barca que es llevada por las aguas que manaron de una inundación y va sin rumbo. ¿Hasta dónde lo llevará y dónde terminará el camino? En la vida real, a veces una persona se deja llevar por la vida, sin rumbo específico, debiendo resolver los conflictos que se presentan día a día, destacó el investigador universitario.

Cuando el gato se encuentra con animales de otras especies y comparte el viaje con ellos, la metáfora es: “qué tanto se relaciona una persona con los demás (que son completamente distintos) para poder salir adelante y resolver los problemas”.

¿Qué representan los otros animales?

El capibara representa una actitud relajada ante la vida: vive al ritmo de las oportunidades, come cuando puede y ayuda cuando es necesario.

El perro labrador, aunque inicialmente fiel a su jauría, abandona a su grupo para tomar sus propias decisiones. Una situación que, en ocasiones, pasa en la vida real, cuando una persona se separa de su familia o amigos para seguir su propio rumbo.

El lémur, obsesionado con acumular objetos, encarna a las personas materialistas que valoran más las posesiones que las relaciones.

Los personajes, que son muy diversos, forman una familia muy peculiar y conviven con un objetivo: sobrevivir. “Esto podría ser un guiño de las familias contemporáneas, donde todos los miembros son muy diversos”.

También se trata de vencer los miedos. Por ejemplo, el gato tenía un gran temor al agua, pero se adaptó porque tenía que cazar peces para alimentarse. De esta forma descubre su propio camino.

Con este escenario, los personajes de la historia logran sacar adelante el barco y colaborar con sus propias habilidades para mantener a salvo a su familia, enfatizó el investigador universitario.

El mensaje al espectador es que en la vida una persona debe saber conectar con los demás, aceptar las diferencias y colaborar con todos para salir bien librado de las tragedias.

Además, “plantea qué tanto se puede crecer en ese camino, y esa es otra razón por la que la historia se vuelve muy emocional”, destacó Garfias.

Sin diálogos

¿Qué pasó en la Tierra para que no existieran los humanos? La historia no lo explica. Quizás fue el cambio climático: a través del calentamiento global se derritieron los icebergs e inundaron todo el planeta.

O quizás hubo un invierno nuclear que acabó con los humanos. Una muestra es la ballena que aparece como un ser deformado. Pudo quedar así debido a la radiación.

En otro escenario, podría relacionarse con un tema bíblico, cuando Dios decidió inundar toda la Tierra para acabar con la maldad, pero salvó a Noé y una pareja de animales de cada género.

Crear una historia sin diálogos es bastante artístico y universal. Un ejemplo muy conocido es la película Wall-E de Pixar-Disney, en donde dos robots que no hablan llevan toda la trama de la historia.

Por eso, más que un producto narrativo, esta película se trata de una experiencia emocional, donde el espectador se conecta con cada uno de los protagonistas.

Su relación con los videojuegos

En julio del 2022 salió a la venta un videojuego llamado Stray, que justamente trata de un gato (en este caso de color naranja) que deambula en un mundo apocalíptico donde no hay seres humanos.

Sin embargo, el gato se mueve en una ciudad futurista abandonada pero plagada de robots. Trata de que el personaje principal, o sea, el gato, busque su papel en la vida y encuentre su trascendencia.

La historia se ambienta con detallados callejones iluminados por un color neón en una ciberciudad decadente. Así, el jugador descubre este mundo a través de los ojos del felino callejero que interactúa con el escenario de formas muy juguetonas.

En el camino se encuentra con un robot que es su traductor e incluso surge un poco de diálogo. Por todo lo anterior, el videojuego es muy parecido a la película Flow, que, desde la parte artística, la forma independiente de crear una emoción y hasta el tema central, conecta con los sentimientos. “Ambas historias llevan a la reflexión”, concluyó José Ángel Garfias Frías.

Ideas destacadas:

- La película Flow ofrece un viaje espiritual cargado de emociones y reflexiones profundas.

- Aunque sin diálogos, los personajes transmiten mensajes sutiles y universales.

- La trama refleja conflictos humanos como la aceptación, el miedo y la colaboración.

- El videojuego Stray guarda muchas similitudes con Flow, desde su temática hasta la conexión emocional con el público.

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Foto Arte France Cinéma/Dream Well Studio/Sacrebleu Productions

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