En lo que parece ser un retroceso en el control de enfermedades prevenibles, los Centros para el Control de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC) han reportado hasta 93 casos de sarampión en el país, hasta el 20 de febrero de 2025. Los contagios se distribuyen entre ocho estados, incluidos California, Texas, Nueva York, y Nuevo México, y son el resultado de tres brotes principales. De estos casos, 86 están asociados directamente con un único brote, lo que refleja una tendencia alarmante en algunas zonas del país.

El brote más significativo se ha registrado en el estado de Texas, particularmente en la región de South Plains, donde desde finales de enero se han identificado 124 casos de sarampión, según un informe del Departamento de Servicios de Salud de Texas. Entre los pacientes, 18 han sido hospitalizados, y aunque algunos de los afectados ya estaban vacunados, la mayoría no lo estaban o su estatus de vacunación es incierto. Las autoridades sanitarias locales han alertado sobre la alta capacidad de transmisión del sarampión, por lo que no se descartan más casos en las próximas semanas.

Uno de los factores detrás de este repunte parece ser una disminución en las tasas de vacunación, lo que ha generado preocupación en medio del contexto político actual. La llegada de Robert Kennedy Jr. como nuevo secretario de Salud en EE. UU. podría agravar la situación, ya que es conocido por cuestionar la seguridad de las vacunas, lo que ha sido interpretado como un factor de riesgo para la propagación de enfermedades prevenibles.

¿Qué es el sarampión y por qué es tan contagioso?

El sarampión es una enfermedad viral altamente contagiosa que se transmite por el aire a través de tos, estornudos o incluso al hablar. Aunque puede afectar a cualquier persona, los niños son los más vulnerables. Los síntomas iniciales suelen incluir fiebre alta, tos seca, y una erupción cutánea que generalmente comienza en la cara y se extiende por todo el cuerpo. La presencia de pequeñas manchas blancas en la parte interior de las mejillas, conocidas como manchas de Koplik, es otro signo distintivo de la enfermedad.

Este virus puede causar complicaciones graves como neumonía, encefalitis (inflamación del cerebro), y ceguera, entre otros. Por esta razón, el sarampión sigue siendo una de las principales causas de muerte en niños pequeños en países con altas tasas de incidencia.

La importancia de la vacunación como herramienta preventiva

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), la vacunación es la forma más eficaz de prevenir el sarampión. La vacuna contra el sarampión, generalmente administrada en combinación con las vacunas contra las paperas y rubéola, es segura, accesible y económica. No obstante, el descenso en las tasas de vacunación en algunas áreas de los EE. UU. y la desinformación sobre la seguridad de las vacunas han dejado expuesta a la población, creando el caldo de cultivo perfecto para la reaparición de enfermedades que ya habían sido casi erradicadas.

En este contexto, las autoridades sanitarias insisten en la necesidad de reforzar las campañas de vacunación, no solo a nivel individual, sino también a través de esfuerzos masivos para evitar que el sarampión y otras enfermedades contagiosas resurjan en el país.

El reciente brote de sarampión en EE. UU. pone de manifiesto que, aunque la vacunación ha sido una de las herramientas más efectivas para prevenir enfermedades, la lucha contra la desinformación y las falsas creencias sobre la seguridad de las vacunas continúa siendo un reto pendiente para las autoridades.

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