Presidenta Sheinbaum, no coma aguacate

Emilia Calleja, de CFE, sigue dando de qué hablar.

En este espacio, ojo Raquel Buenrostro, ya documenté:

• Nepotismo e influyentismo.
• Ser defensora de acosadores sexuales y laborales.

Inhale y exhale

Pues en el reglón de salarios se están despechando con la cuchara grande. Ahora resulta que con la administración de Emilia, en la CFE -redoble de tambores- los salarios son “a la carta” sin importar los tabuladores autorizados y pasando por alto que muchos de sus “brillantes” colaboradores ganen más que la propia presidenta Claudia Sheinbaum, y ¿el tope salarial constitucional que inventó AMLO? ¡Eso ya no importa!

Y no es que yo defienda dicho absurdo, pero ellos dicen ser el segundo piso de la ‘4T’ y su mesías tropical lo instauró y siguen repitiendo su lema de austeridad republicana.

Obviamente estos beneficios no son para todos, sólo son para los elegidos de Emilia Calleja. Tal es el caso de su niño chiquito:

¿Qué carrera tiene el director de la CFE? Tal es el caso de su niño chiquito:

Javier Maldonado Ramos, actual subdirector de Negocios no Regulados, quien en octubre firmó su contrato, de acuerdo al nombramiento que la directora le otorgó, pero a fin del primer mes de su gestión, al hacer sumas y restas de sus salarios, prestaciones y deducciones, no le salieron las cuentas.

Su salario diario de mil 390 pesos, que representa más de 100 mil pesos netos por ese nivel de responsabilidad (para nada despreciables), no fueron suficientes

Fuerte

Pues, de acuerdo con mis fuentes, hizo tremendo berrinche azotando puertas y gritando que cómo era posible que iba a ganar tan poco, si su capacidad valía más; empezó a tronar los dedos exigiendo que se le buscara otra plaza y se le asignara un salario digno.

Y aunque les cueste creerlo, sólo le bastó hacer una llamada a Emilia, quien inmediatamente giró instrucciones para que a su “dedo chiquito” se le atendiera inmediatamente.

Por lo que, para mediados de ese mismo mes de noviembre le cambiaron la plaza de subdirector a una plaza de auxiliar técnico especializado, con un salario tabulado bruto mensual a su gusto de 58 mil 927.96 pesos, que, dividido entre 28 días, da un salario diario de 2 mil 104.57 pesos que, más prestaciones, da un sueldo neto mensual de más de 150 mil pesos.

Sí, Francisco Javier Maldonado Ramos, el “consentido de Emilia” y quien sigue haciendo las funciones de subdirector pero con otra plaza y salario a su gusto, a la carta, tiene un ingreso neto mayor que el de la Presidenta.

Ah, pero déjenme decirles que no es el único, pues la mayoría de los consentidos de Emilia han duplicado y triplicado su salario, ganando alrededor de 150 mil pesos netos mensuales, incluyendo a las damas y caballeros de compañía de la directora, que no tienen ninguna responsabilidad asignada más que cargarle sus cosas “a la jefa”. Entonces, la austeridad republicana, ¿dónde quedó?

De acuerdo con mis fuentes, mientras en un pasillo corren y corren las contrataciones con altos salarios para los esposos, esposas, novios, novias, amigos, compadres y demás parientes de la directora y de sus allegados, en el otro pasillo, corren y corren las liquidaciones de los trabajadores menos favorecidos del aprecio de la directora y de sus cercanos.

Agárrense

Pues gran parte del personal de administración refiere que ni en la peor administración de CFE que recuerden, y eso que han habido varias, han visto tanto cochinero y tal descaro como hoy; ouch, y eso que ya tuvieron a Bartlett, ¡eh!

La pregunta es, ¿qué será de la CFE al año de su gestión y ni qué decir a los 3 o a los 6 años?

Presidenta, usted ha dicho: “Nadie ni nada por encima de la Constitución. No toleraremos la corrupción. Les informo que las y los servidores públicos de confianza de alto nivel del gobierno, no tendremos incrementos salariales durante el sexenio”.

Entonces, ¿qué está pasando en la CFE? ¿Dónde quedó el compromiso y responsabilidad con que Emilia recibió la empresa? Encubrir acosadores sexuales, ejercer nepotismo e influyentismo, administrar salarios a la carta, ¿eso no es corrupción? El no respetar el tope salarial presidencial sin justificación, ¿no es estar por encima de la Constitución?

¿Y Raquel Buenrostro, apá? Bien gracias.

La UNAM, mal y de malas