A nueve años de que Italia se vio impactada por el misterio de una estatua de la Virgen María que supuestamente lloraba sangre, diversos fiscales del municipio de Civitavecchia -donde se dio el suceso- llevaron a cabo una investigación con la cual se probo que esto fue un fraude.

Tal vez no lo recuerdes, pero en 2016 una devota católica llamada Gisella Cardia, originaria de Civitavecchia, Italia, afirmó que la célebre imagen medieval de la Virgen María, “Madonna di Trevignano”, derramaba sangre, cumplía milagros y compartía mensajes divinos.

Los dichos de la mujer atrajeron a miles de fieles y curiosos de todo el mundo, con varios realizando donaciones muy grandes para la comunidad católica de este poblado. Sin embargo, en el 2023 las Fiscalía de su poblado inicio una investigación respecto a este supuesto “fenómeno religioso”.

Tras pruebas de ADN que se hicieron sobre las manchas de sangre en la estatua, los especialistas esperaban que estas fueran de algún animal como un chivo o un cerdo, pero se sorprendieron al ver que de hecho la sangre le pertenecía a Cardia, quien promociono y dio a conocer este “milagro”.

Ante los resultados, la mujer no tardo en darse a la fuga y no dejar ninguna información sobre su paradero. Su escape revelo que en el pasado ella ya había sido condenada por fraude bancario, y gente de la localidad ya la habían señalado por presuntamente ser una estafadora profesional.

Y es que desde un principio sus declaraciones sobre este supuesto “milagro” fueron cuestionables, ya que según ella la estatua le otorgaba la habilidad de alimentar a 15 personas con una cantidad aparentemente infinita de pizza, ñoquis y conejo.

Afortunadamente para la Iglesia Católica, cuando mandaron a alguien para revisar el “milagro” en el 2022, de inmediato se dieron cuenta que esto era un fraude, ya que no había evidencia alguna de milagros ni de que algo “sobrenatural” rodeaba a la estatua.

Curiosamente, este no es el primer escandalo de este tipo que involucra a una estatua de la Virgen María que llora, ya que en el 2018 una iglesia en Nuevo México, Estados Unidos, dijo tener una estatua que lloraba aceite de oliva, hasta que la iglesia y científicos desmintieron el “milagro”.

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Foto: Corriere

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