El jueves 13 de febrero, el Colegio Americano de Puebla vivió momentos de gran tensión cuando se reportó que un niño de quinto de primaria había llevado una pistola a la escuela. La situación, que rápidamente causó alarma entre alumnos, maestros y padres de familia, terminó por esclarecerse como un malentendido, ya que el objeto en cuestión resultó ser una réplica de pistola, según confirmó la madre del menor involucrado.

Todo comenzó cuando un compañero de clase alertó a los docentes sobre la presencia de un arma en la mochila de un niño identificado solo con la inicial I. La noticia corrió rápidamente por los pasillos, y el protocolo escolar de seguridad se activó de inmediato. Fue así como, tras revisar la mochila del niño, se descubrió la pistola, que inicialmente causó gran preocupación entre los presentes. Sin embargo, tras una revisión más minuciosa, se verificó que el arma no era real.

La madre del niño, quien se mostró dispuesta a aclarar el incidente, explicó que se trataba de una réplica de juguete, específicamente una pistola de diábolos, que el menor había tomado sin el conocimiento de sus padres. Según relató la madre, su hijo nunca tuvo la intención de causar alarma ni mucho menos llevar el objeto con fines maliciosos.

"Es una pistola de juguete, que no lanza ni agua", explicó la mujer en entrevista, añadiendo que su hijo "cometió un error al llevarla a la escuela sin pensar en las posibles consecuencias". La madre también indicó que el niño no había tenido la intención de asustar a sus compañeros, y que la confusión surgió porque otro alumno interpretó que el objeto era una pistola real. "Mi hijo está pasando por malos ratos. Lo están satanizando por algo que no tenía la intención de hacer", agregó la mujer, quien también se mostró dispuesta a colaborar con las autoridades para esclarecer los hechos.

Aunque la escuela aseguró que el incidente no pasó a mayores y que se trató de un error sin consecuencias graves, la situación dejó claro que, en tiempos de creciente preocupación por la seguridad escolar, cualquier elemento que se perciba como una amenaza puede generar reacciones desmedidas. La presencia de réplicas de armas, incluso si son de juguete, continúa siendo un tema sensible, sobre todo en un contexto en el que la violencia en las escuelas ha aumentado en diversas regiones del país.

Afortunadamente, el colegio se encargó de resguardar la réplica en su dirección, donde permanece en espera de que se esclarezca el incidente. Por lo pronto, el niño y su familia enfrentan las repercusiones de un mal entendido, mientras se espera que las autoridades escolares y, en su caso, las autoridades competentes, determinen si hubo alguna falta o irregularidad en el manejo del objeto.

Este incidente reabre el debate sobre la necesidad de reforzar las medidas de seguridad en las escuelas y, al mismo tiempo, sobre la importancia de educar a los niños sobre el uso adecuado de los objetos, especialmente aquellos que pueden generar confusión o pánico. Aunque la madre del niño ya se mostró arrepentida por el incidente, lo ocurrido deja en evidencia lo frágiles que pueden ser las percepciones de peligro en los entornos educativos.

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xmh