Jalen Hurts ha experimentado lo que significa estar a un paso de la grandeza y verla escaparse. Hace dos años, en el Super Bowl LVII en Arizona, el mariscal de campo de los Philadelphia Eagles brindó una de sus mejores actuaciones, pero aún así, fue testigo de cómo Patrick Mahomes alzaba el codiciado trofeo Vince Lombardi. Aquella noche, Hurts salió del estadio como un héroe sin corona, quedando marcado por una dolorosa derrota.

Ahora, en el Super Bowl LIX, el destino le presenta una nueva oportunidad para alcanzar la redención. El domingo 9 de febrero de 2025, Hurts se enfrentará nuevamente a uno de los desafíos más grandes de su carrera, con la posibilidad de conquistar el título en el Caesars Superdome de Nueva Orleans. Sin embargo, la historia no ha sido generosa con los quarterbacks que buscan revancha. En tres ocasiones previas, los mariscales de campo que perdieron en el primer enfrentamiento no lograron superar al campeón en la revancha. Roger Staubach no pudo con Terry Bradshaw, Jim Kelly fue incapaz de vencer a Troy Aikman, y pese a ser el más ganador de la historia, Tom Brady nunca pudo vencer a Eli Manning en su intento de revancha.

Este patrón de derrotas es un desafío adicional que Hurts deberá afrontar si quiere lograr la victoria y romper esa maldición para los quarterbacks. Sin embargo, el de los Eagles ha demostrado ser un jugador resiliente, con una mentalidad de acero, lo que le da esperanzas de superar esta barrera histórica.

El Super Bowl LIX no solo se jugará por el campeonato, sino por la posibilidad de que Hurts logre superar el recuerdo de esa derrota amarga y finalmente consiga el trofeo que se le escapó.

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Foto: Especial

cdch