Tras la reunión sostenida entre el secretario de Estado de Donald Trump, Marco Rubio, y el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, este último le propuso al gobierno estadounidense usar las mega cárceles salvadoreñas para retener a criminales deportados, sin importar su nacionalidad.  

Este anuncio alarmo a muchos grupos a favor de los derechos humanos, considerando que estas cárceles construidas por el gobierno de Bukele se encuentran sobrepobladas y básicamente funcionan igual que un campo de tortura, parecido a Guantánamo.  

Incluso Rubio fue tomado por sorpresa, ya que, al día siguiente de su encuentro con el mandatario, previo a que partiera a Costa Rica, declaró que el país había aceptado el acuerdo migratorio “más extraordinario y sin precedentes” en cualquier parte del mundo.

Especifico que los migrantes salvadoreños serán repatriados al igual que los criminales, e indicó que el presidente salvadoreño le pidió que cualquier criminal perteneciente a la MS-13 o el Tren de Aragua, de cualquier nacionalidad, podrá ser alojado en una cárcel de su país.

Pese a esto, el secretario de Estado comentó que este acuerdo no es definitivo, ya que se tiene que analizar primero en la Casa Blanca. En caso de que se apruebe, marcaria la primera vez en la historia en que El Salvador recibe en sus cárceles a criminales enviados por otro país.

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Foto: Especial // Nueva Sociedad

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