Por otro lado, la zona tradicional de Acapulco Dorado ha reportado una ocupación superior, alcanzando el 54.6%, lo que refleja una mayor preferencia de los turistas por esta área, conocida por sus playas populares y su vibrante vida nocturna. Sin embargo, la zona Náutica sigue siendo la de menor ocupación, con apenas un 30.3%, lo que podría estar relacionado con su enfoque hacia actividades más tranquilas y exclusivas que no atraen a grandes multitudes durante los fines de semana largos.

 

En otras partes del estado, los destinos de Ixtapa y Zihuatanejo también están experimentando un comportamiento diverso. Ixtapa ha alcanzado una ocupación hotelera del 54.2%, lo que lo coloca como uno de los destinos más atractivos en la región del sol, mientras que Zihuatanejo reportó un 50.0%, destacándose por su ambiente más relajado y su enfoque en el turismo eco-sostenible. Mientras tanto, la ciudad colonial de Taxco se mantiene rezagada con una ocupación hotelera de apenas el 32.1%, una cifra considerablemente baja si se compara con otros destinos del estado.

 

En cuanto a los tiempos compartidos, Acapulco ha tenido un promedio del 37.4% de ocupación, un dato algo moderado comparado con Ixtapa-Zihuatanejo, donde los complejos de tiempo compartido han alcanzado una ocupación mucho más alta, llegando al 75.7%. Este tipo de hospedaje ha sido una opción cada vez más popular para aquellos turistas que buscan estadías más largas y con servicios exclusivos.

 

El panorama general muestra que, aunque el estado de Guerrero sigue siendo un destino favorito para los turistas nacionales e internacionales, la ocupación varía considerablemente según la zona. Si bien la región del sol sigue destacando, la diversificación de las ofertas turísticas será clave para mantener la competitividad de Acapulco y sus alrededores, especialmente en un año donde la incertidumbre económica podría afectar el flujo de visitantes.

 

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xmh