El inicio de año siempre trae consigo la temida cuesta de enero, un periodo que obliga a muchas familias a ajustar sus gastos tras los festejos de diciembre.

Con los bolsillos vacíos y las deudas acumuladas, una opción cada vez más recurrida es acudir a las casas de empeño, que se han convertido en un refugio para aquellos que necesitan liquidez rápida.

El auge del empeño

Especialistas indican que, tras las festividades de fin de año, el uso de las casas de empeño aumenta significativamente, con un crecimiento que puede llegar hasta el 40% durante los primeros meses del año. Edgar Castillo, profesor de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey, señala que este tipo de instituciones registra un incremento anual en el uso de sus servicios debido al gasto desmedido de diciembre, lo que deja a muchas personas con la necesidad de cubrir sus deudas rápidamente.

¿Qué se empeña más en enero?

Los artículos más comunes que la gente lleva a las casas de empeño son variados. Los electrodomésticos y aparatos electrónicos, como televisores y computadoras, así como joyas y objetos con valor sentimental, son los más frecuentes. Incluso vehículos como motocicletas y automóviles entran en la lista, ya que algunos optan por empeñarlos ante la falta de opciones para conseguir dinero rápido. La cantidad que se recibe a cambio de estos artículos depende de su valor en el mercado y del estado en que se encuentren.

Cuauhtémoc Ovela, gerente de la casa de empeño Empeña Prenda, explica que el proceso de valuación de los bienes toma en cuenta el precio actual de artículos usados en el mercado, lo que puede llegar a ofrecer hasta un 80% del valor de vehículos como motocicletas y coches.

Perfil de los usuarios

Un estudio realizado por el Tecnológico de Monterrey reveló que los principales usuarios de las casas de empeño son adultos jóvenes entre 25 y 40 años, quienes suelen recurrir a estos servicios para cubrir los gastos familiares que se desbordan a principios de año. Le siguen los adultos de 40 a 60 años, que se enfocan en liquidar deudas, y los adultos mayores, que empeñan bienes para solventar gastos médicos. Aunque el uso de estas casas no es tan común entre los jóvenes de 18 a 25 años, este sector también empieza a buscar alternativas ante la presión económica.

En palabras de un usuario, Rafael, quien participó en un sondeo: "Si eres responsable con tus finanzas, adelante, pero si no sabes controlar tus gastos, mejor no lo hagas, porque lo único que lograrás es endeudarte aún más".

La trampa de las tasas de interés

Una de las mayores preocupaciones de quienes optan por las casas de empeño es la tasa de interés. Estas pueden variar entre el 5% y el 20% mensual, lo que, en términos anuales, puede traducirse en un costo de hasta 300% o más. Aunque los plazos para recuperar los bienes empeñados van de 30 a 90 días, es fundamental que los usuarios conozcan bien sus posibilidades económicas, pues si no pagan a tiempo, perderán los bienes que empeñaron.

De acuerdo con Diego Sánchez, subgerente de Empeño Fácil, "De cada 10 personas que empeñan sus cosas, solo 7 logran recuperar sus artículos, mientras que los otros 3 los pierden".

Impacto social del empeño

El acto de empeñar no solo tiene consecuencias financieras, sino también sociales. En muchas ocasiones, quienes recurren a estas casas se sienten avergonzados. Según un sondeo, muchos temen el juicio de los demás al ser vistos en estas tiendas, lo que refleja una percepción social negativa sobre esta práctica.

Moisés Romero, doctor en Ciencias Sociales, subraya que el estigma social asociado al empeño responde a una visión errónea de que el problema radica exclusivamente en la persona que acude a empeñar sus pertenencias, cuando en realidad es un reflejo de una crisis estructural más profunda en la economía del país.

Un problema estructural

La socióloga Kenia Santillán señala que México es un país profundamente clasista, donde el valor de las personas se mide en gran parte por su apariencia y el tipo de vida que llevan. Esto lleva a muchas personas a gastar por encima de sus posibilidades para cumplir con expectativas sociales. Esta presión es una de las principales razones por las que cada vez más personas se ven obligadas a empeñar sus bienes en busca de soluciones rápidas.

En este contexto, es importante recordar que "los bienes son para remediar los males", como dice el popular refrán. Sin embargo, la clave para evitar caer en este ciclo es la educación financiera y la planificación. Ahorrar, priorizar los gastos y evitar el consumismo innecesario son medidas que pueden ayudar a que el bolsillo no se vea tan afectado por la cuesta de enero.

Consejos para evitar abusos

La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ha recomendado varias acciones para protegerse de posibles abusos al utilizar estos servicios:

1. Verificar que la casa de empeño esté registrada ante Profeco.
2. Comparar las opciones de distintas casas de empeño.
3. Leer detenidamente los contratos antes de firmarlos.
4. Pagar a tiempo para evitar la pérdida de los bienes.

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Foto cortesía

xmh