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IPN desarrolla electrodos para mejorar tratamientos del Parkinson

  • Xóchitl Montero
El proyecto del IPN no solo pretende reducir los costos, sino también mejorar la eficiencia del tratamiento

El Instituto Politécnico Nacional (IPN) ha dado un paso importante en el ámbito de la neurociencia al desarrollar electrodos ultradelgados, destinados a mejorar los tratamientos de estimulación cerebral profunda para pacientes con enfermedad de Parkinson.

Esta afección neurodegenerativa, que afecta principalmente el movimiento y provoca síntomas como temblores, rigidez, lentitud de los movimientos y trastornos de la marcha, podría beneficiarse enormemente de la innovación que el Politécnico está impulsando.

Según el doctor Christopher René Torres San Miguel, líder del proyecto en la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME) Unidad Zacatenco, los electrodos que se utilizan actualmente para este tipo de terapia tienen un costo elevado, entre 600 mil y 700 mil pesos, lo cual limita el acceso a muchos pacientes, sobre todo aquellos de escasos recursos.

La creación de estos nuevos electrodos ultradelgados busca ofrecer una solución más accesible y, con ello, ampliar la cobertura del tratamiento para personas con Parkinson, epilepsia, dolor crónico y ciertos trastornos psiquiátricos, condiciones en las que también se utiliza la estimulación cerebral profunda.

Acceso a Tratamientos Más Asequibles

El alto costo de los electrodos actuales ha llevado a que en hospitales privados los seguros médicos solo cubran el 70% del tratamiento. Esta situación deja fuera a muchas personas que no tienen acceso a seguros privados o a los altos costos de estos dispositivos.

El doctor Torres señaló que el desarrollo de electrodos a precios más bajos, fabricados en México, podría ser un cambio de paradigma en el tratamiento de estas enfermedades, especialmente para los pacientes más vulnerables.

El proyecto del IPN no solo pretende reducir los costos, sino también mejorar la eficiencia del tratamiento. Al ser más delgados y flexibles que los actuales, los nuevos electrodos permitirán una mayor precisión en la estimulación cerebral, lo que podría traducirse en mejores resultados para los pacientes.

Esta innovación, que se encuentra en una fase avanzada de desarrollo, es una colaboración entre la ingeniería y la medicina, con la participación del neurocirujano Fiacro Jiménez Ponce, quien ha brindado su experiencia en la implantación de electrodos de estimulación cerebral.

Cómo Funcionan los Electrodos para Parkinson

La estimulación cerebral profunda consiste en enviar pulsos eléctricos a ciertas áreas del cerebro para regular la actividad neuronal, mejorando los síntomas del Parkinson. Para ello, se requiere un electrodo implantado en una zona cerebral específica, conectado a un estimulador que se coloca debajo de la piel, cerca de la clavícula. Este estimulador emite los pulsos eléctricos que permiten aliviar los temblores y otros síntomas motores de la enfermedad.

El doctor Torres explicó que el tamaño ideal de los electrodos para este tipo de tratamiento es de 0.2 mm, pero actualmente el equipo de investigación ha logrado fabricar electrodos de 0.6 mm. Sin embargo, ya están trabajando en moldes especiales para reducir aún más el grosor de los electrodos, lo que permitirá que sean menos invasivos y, por lo tanto, con menor riesgo de dañar el tejido cerebral al ser introducidos.

Una Propuesta que Podría Revolucionar el Tratamiento

Este avance tecnológico no solo tiene un impacto directo en el tratamiento de los pacientes, sino también en la transferencia de tecnología. Los electrodos desarrollados en el IPN ya cuentan con el registro de propiedad intelectual ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), lo que abre la puerta para que, en el futuro, empresas interesadas en la fabricación de estos dispositivos puedan producirlos a gran escala. Este paso es crucial para que la tecnología llegue a más personas y para que el desarrollo del tratamiento sea sostenible.

El trabajo realizado por el IPN demuestra cómo la investigación científica aplicada puede tener un impacto directo en la mejora de la calidad de vida de los pacientes.

Al proporcionar una solución más económica y eficiente para el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas, este proyecto tiene el potencial de beneficiar a miles de personas que actualmente no pueden acceder a este tipo de terapias.

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Foto cortesía

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