Los incendios forestales en México tuvieron un impacto alarmante en 2024, afectando una superficie de 1.6 millones de hectáreas, lo que representó un aumento del 60% en comparación con el año anterior, según el Reporte de Incendios de la Comisión Nacional Forestal (Conafor). Esta cifra es equivalente a casi la mitad del estado de Puebla, lo que refleja la magnitud de la problemática. 

 

El daño causado por estos incendios fue significativo. Alrededor del 41% de las hectáreas afectadas tuvieron un impacto moderado o severo, lo que significa que la vegetación en estas áreas tardará al menos cinco años en recuperarse. Los incendios provocaron no solo la pérdida de miles de hectáreas de bosque, sino también un daño profundo a los ecosistemas que tardarán mucho tiempo en restaurarse, si es que logran hacerlo por completo.

 

El estado de Guerrero fue el más afectado, con 327 incendios que arrasaron con 416 mil hectáreas. Ante este panorama, el gobierno de Evelyn Salgado Pineda impulsó una campaña de reforestación en el municipio de Chilpancingo, específicamente en el ejido de Llanos de Tepoxtepec, donde se sembraron dos mil árboles como parte de los esfuerzos de restauración. Sin embargo, los esfuerzos de reforestación parecen ser solo una respuesta parcial ante el impacto generalizado de los incendios.

 

Los estados de Chiapas y Oaxaca también se ubicaron entre los tres más afectados, con grandes extensiones de terreno consumidas por el fuego. A pesar de que el daño más común fue considerado como "mínimo" por la Conafor (con árboles que sufrieron quemaduras menores a los 10 centímetros de corteza), el 13% de las hectáreas afectadas experimentaron daños severos, especialmente en áreas donde los árboles quemados presentaron troncos de más de 10 centímetros de diámetro. En estos casos, la restauración de la zona podría llevar más de una década.

 

El ciclo de incendios fue particularmente intenso entre el 13 de mayo y el 23 de junio de 2024, lo que muestra una clara temporada de mayor riesgo durante la cual las condiciones climáticas y la falta de prevención parecen haber favorecido la propagación de los incendios. Aunque la causa de muchos de estos incendios sigue siendo desconocida, alrededor del 23% fueron identificados como provocados, lo que señala una posible negligencia o intencionalidad detrás de algunos de estos desastres.

 

La recuperación de los ecosistemas afectados por los incendios forestales no solo dependerá de las acciones de reforestación, sino también de un enfoque integral que incluya la prevención de futuros incendios, el monitoreo constante de los bosques y la educación ambiental. En este contexto, es urgente que tanto autoridades como ciudadanos colaboren en la protección de los recursos naturales para evitar que este tipo de desastres se repitan con mayor frecuencia y magnitud.

 

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xmh