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La mansión de Silvia Pinal: un legado de lujo, arte y historia

  • Xóchitl Montero
La casa fue diseñada por el arquitecto Manuel Rosen Morrison, mejor conocido como Meni Rosen

Ciudad de México, Méx. - La reciente muerte de la icónica actriz Silvia Pinal ha reavivado el interés por su vida y legado, especialmente en lo que respecta a su residencia, una mansión que fue testigo de su éxito y de importantes momentos de la historia del cine mexicano.

Esta propiedad, ubicada en el exclusivo fraccionamiento Jardines del Pedregal, al sur de la Ciudad de México, no solo es un ejemplo de lujo y diseño, sino también un punto de encuentro para grandes personalidades de la cultura mexicana.

La casa fue diseñada por el arquitecto Manuel Rosen Morrison, mejor conocido como Meni Rosen, y se encuentra en uno de los desarrollos más exclusivos de la capital.

Jardines del Pedregal, diseñado inicialmente por el famoso arquitecto Luis Barragán, ha sido el hogar de figuras prominentes de la sociedad mexicana, y la mansión de Silvia Pinal no fue la excepción.

Con una extensión de más de 2 mil metros cuadrados, esta residencia fue un verdadero refugio para la actriz, con una serie de elementos que la hacían única. Sus amplios jardines eran el lugar perfecto para recibir a amigos y colegas, brindando privacidad y tranquilidad en un entorno rodeado de belleza natural.

Además, su piscina y terraza, que eran ideales para reuniones sociales, reflejaban el estilo de vida glamoroso de la diva del cine mexicano.

Uno de los aspectos más distintivos de la casa era su arquitectura, que combinaba detalles mexicanos como arcos de cantera, pisos de madera y azulejos artesanales. Estos elementos no solo aportaban un toque de elegancia, sino que también reflejaban la identidad cultural del país.

Dentro de la residencia, Silvia Pinal también coleccionaba obras de arte, fotografías y recuerdos de su carrera, creando un ambiente cálido y personal. La mansión no solo era un hogar, sino también un escenario para la historia del cine mexicano.

A lo largo de los años, la casa recibió a muchas figuras del espectáculo, incluidos artistas de la talla de Pedro Infante y Juan Gabriel, quienes visitaban frecuentemente a la actriz. En una de sus entrevistas, Silvia Pinal recordó con cariño aquellos encuentros que marcaron su vida y su carrera. Además, se sabe que la mansión fue escenario de películas emblemáticas como María Isabel (1967) y El amor de María Isabel (1968), lo que incrementa aún más su valor histórico.

Hoy en día, la mansión de Silvia Pinal está valuada en 65 millones de pesos, una cifra que no solo responde a su ubicación privilegiada en uno de los barrios más exclusivos de la Ciudad de México, sino también a su valor cultural.

De hecho, uno de los elementos más destacados de la casa es un cuadro pintado por Diego Rivera en 1956, en el que retrata a Silvia Pinal. Esta obra, que originalmente era pensada como un desnudo, muestra a la actriz con un vestido negro, con un reflejo en un espejo que da la sensación de desnudez, aunque ella rechazó la idea de un retrato más explícito.

El cuadro, que ahora se encuentra en la mansión, es considerado un patrimonio cultural, lo que aumenta aún más el valor de la propiedad.

Con el fallecimiento de Silvia Pinal, la casa no solo se convierte en un vestigio de su vida y su legado artístico, sino también en un lugar cargado de historia y de memorias del cine mexicano.

Aunque su hija Sylvia Pasquel ha mencionado que la propiedad podría ser heredada a Alejandra Guzmán, también destacó que el cuadro de Diego Rivera permanecerá como un patrimonio cultural nacional, asegurando así que una parte de la historia de Silvia Pinal perdure para las futuras generaciones.

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Foto cortesía

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