Namibia está enfrentando una crisis sin precedentes debido a la sequía más grave en un siglo, que ha dejado a casi la mitad de su población en niveles críticos de inseguridad alimentaria.

Para abordar esta emergencia, el gobierno ha propuesto un plan controvertido que involucra el sacrificio de más de 700 animales salvajes, cuya carne será distribuida entre los más necesitados.

El plan, anunciado por el Ministerio de Medio Ambiente, Silvicultura y Turismo, incluye el sacrificio de 83 elefantes, 30 hipopótamos, 60 búfalos, 50 impalas, 100 ñus azules y 300 cebras. Los animales serán seleccionados de parques nacionales y áreas comunales con sobrepoblación que no pueden sostenerse por sí solas.

El gobierno sostiene que esta medida no solo proporcionará alimento a las comunidades afectadas, sino que también aliviará la presión sobre los recursos hídricos y alimenticios, reduciendo así la competencia entre humanos y animales por estos recursos escasos.

La decisión llega en un contexto de gran preocupación por el impacto de la sequía en la vida silvestre y la población humana. Namibia, junto con otros países del sur de África, ha sido duramente golpeada por la sequía provocada por El Niño y exacerbada por el cambio climático, con lluvias casi inexistentes y temperaturas extremas que han arrasado los campos de cultivo.

En mayo de 2024, el gobierno declaró el estado de emergencia debido a que la sequía ha afectado gravemente la conservación de la fauna. La escasez de agua y alimentos ha provocado la muerte de cientos de animales, y se busca con esta medida reducir las pérdidas y minimizar los conflictos entre humanos.

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Foto: especial

ALR/clh