Manuel Guerrero, el mexicano que estuvo preso en Qatar por ser gay, regresó ayer al país tras seis meses de una intensa batalla judicial. También de origen británico y experto en aviación, pasó seis meses en un centro de detención en Doha donde fue sometido a tortura y falta de acceso a medicamentos contra VIH.

“Las secuelas más importantes han sido las psicológicas”, dijo a su regreso al país.“¿Por qué no puedo tener acceso a antirretrovirales si mi compañero detenido necesita insulina o alguien más necesita otro medicamento y todos tienen acceso al medicamento diario? Yo fue el único sin acceso a al medicamento que necesitaba”, agregó.

En febrero pasado fue detenido cuando se dirigía a una cita. La policía del país árabe creó un perfil falso en la aplicación Grindr para concertar una cita falsa; con apoyo de Amnistía Internacional y su hermano Enrique, abogado y activista, logró salir de Qatar.

Agradeció este martes las muestras de apoyo que recibió hasta salir de aquel país y señaló que su caso es "sólo uno de muchos”.

Sostuvo que "Catar, siendo uno de los países más ricos del mundo, somete a sus propios ciudadanos a terapias de conversión, inhumanas e injustas, simplemente por ser quienes somos”.

Señaló que es importante que el mundo sepa que las personas que viven con VIH y tienen una carga viral indetectable, como él, no pueden transmitir el virus, "es una verdad científica que debe ser difundida para combatir el estigma y la ignorancia que aún prevalecen en tantas partes del mundo, incluido Catar”.

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