- Nación
La incompetencia de Batres
“Si los pendejos volaran, el cielo se nublaría”.
CARLOS PELLICER CÁMARA
En esta ocasión no me refiero a ‘la ministra del presidente López Obrador’, Lenia Batres, sino al jefe de gobierno de la Ciudad de México.
Diversas zonas de la capital —de hecho el territorio afectado es cada vez más extendido y ya llega a abarcar 16 colonias— van por la tercera semana que están siendo abastecidas con agua contaminada. Pero eso no ha llevado a que Martí Batres priorice atender el desastre o agilice el arribar a soluciones. Hasta ahora solo ha probado amplia capacidad en dar largas.
El asunto es que el problema del agua contaminada —a diferencia de muchas otras cosas de la vida política y de las políticas públicas—no es de esos temas que puedan ser evadidos. El arte de patear el bote, tan dominado por el oficialismo obradorista, no funciona en este caso.
Así, mientras SACMEX y el gobierno capitalino lo niegan, José Luis Luege, vocero de dos alcaldías donde se suscita el problema, asegura que técnicos de Pemex ya confirmaron que se trata de “un tipo de Diésel lo que contaminó el agua”. Por su parte, la Universidad Autónoma Metropolitana, al analizar el agua donde hay reportes de contaminación, ha informado a la opinión pública que efectivamente ha encontrado compuestos derivados del petróleo. Lo que es más, ahora se sabe que este problema no es de ahora; inició desde enero, pero no fue sino hasta que se incrementó el número de personas afectadas que se hizo público.
Lo anterior desacredita por completo las teorías del complot —que también tanto le gustan al oficialismo— y se explica como resultado de la corrosión de las tuberías que transportan el petróleo o sus derivados (¡bendita austeridad republicana!), del huachicol (ese que ya no existe) o de fugas y/o filtraciones que llegan a los pozos de agua para abasto de la población algo así como la falta de mantenimiento a la Línea 12 del Metro de la CDMX).
Ya basta de dilaciones. Lo lógico es que Martí Batres hace días hubiera respondido a las siguientes interrogantes: ¿qué tipo de producto contaminó el agua?, ¿cuánto tiempo tardará en solucionarse el problema?, ¿hay consecuencias permanentes para la población que la usó o la ingirió?, ¿qué apoyos reales tendrán los vecinos, trabajadores y locatarios?, ¿por qué teniendo ese tamaño de problema el gobierno de la Ciudad de México lo negó?, ¿por qué Pemex no habló claro y fuerte.
La incompetencia de Batres radica en no responder claramente, de forma precisa, con honestidad y con prontitud a cada una de estas preguntas. En haber negado una situación delicada que solo se ha agudizado y que afecta a cientos de miles de capitalinos. Habitantes de la ciudad que él dice gobernar.
El encargado del gobierno capitalino sigue sin reconocer la validez de los reclamos de quienes reciben agua que no es apta para el uso —dejen ustedes el consumo— humano. Cerrar y cercar pozos no cuenta.
La incompetencia de Batres puede cobrar vidas; la salud de muchas personas ya estuvo en jaque.
¿Son de tal tamaño las rencillas internas en Morena que prefiere ver derrotada a Clara Brugada con tal de, con ello, lastimar a Claudia Sheinbaum?
Por lo que al desprecio que tiene por la ciudadanía, ese quedó ampliamente demostrado hace ya bastantes años, cuando Batres distribuyó leche contaminada de materia fecal ‘al pueblo bueno y sabio’ de México.
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Columna de Federico Arreola en SDP Noticias
Foto Cuartooscuro
clh