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Después del debate
Si bien lo cierto es que el debate del pasado domingo no dejó muchísimo para analizar, salvo cuestiones de forma como la producción, los cronómetros, el formato, que si los invitados del INE o que si no defendieron a AMLO, como ha pasado en años y en elecciones anteriores, los puntos importantes se definen en el llamado “post debate”, es decir, en las mesas de análisis de la comentocracia, los debates del debate que organizan algunos medios con distinguidos personajes y en las entrevistas, participaciones y hasta las publicaciones en redes que hacen que los dichos se tengan que demostrar y las mentiras evidenciar.
En el post debate quedó demostrado el fracaso y la hipocresía de este gobierno y en consecuencia, de quien promete darle continuidad.
Los debates del debate
La mesa que más expectativa causó y que se dio justo al termino del debate oficial, fue la que organizó Ciro Gómez Leyva con Epigmenio Ibarra, el “Goebbels” de AMLO y Germán Martínez, ambos, colaboradores de su espacio informativo.
Germán Martínez dejó sin argumentos a Epigmenio en importantes temas, como la militarización del país; salud, donde fácilmente demostró que no estamos como Dinamarca; en materia de corrupción también, al mostrar que no hay un solo detenido por Segalmex; los contratos del Tren Maya, Dos Bocas; las deficiencias del Instituto Nacional de Migración, donde murieron 40 migrantes y así en cada uno de los rubros, lo peor es que destapó el Salinismo del propagandista de la 4T, al demostrar que fue beneficiario de Salinas Pliego y de Azcárraga con su productora, la forma en que traicionó al EZLN llevando y trayendo chismes con el entonces secretario de Gobernación, quien por cierto, también es parte del equipo de AMLO.
En otro de los más importantes debates del debate, fue el que organizó el diario Reforma, donde participaron por parte de Xóchitl Gálvez, Adriana Dávila una mujer preparada, entusiasta, con grandes convicciones y verdadero compromiso con la democracia; Laura Ballesteros por parte del candidato de MC, Jorge Álvarez Máynez, y Renata Turrent, la coordinadora de Enlace con Diálogos para la Transformación del equipo de Claudia Sheinbaum.
Adriana Dávila demostró con datos irrebatibles que la candidata de Morena salió al debate con dos claras posiciones, mentir y no responder ningún tema sobre sus responsabilidades de gobierno y, aunque la representante de Morena intentó enderezar el debate con las mismas respuestas de siempre, difícilmente pudo rebatir lo que Adriana Dávila señalaba con datos duros sobre salud y seguridad dejando en evidencia las mentiras dichas por la candidata del oficialismo en esos temas y en otros como corrupción y transparencia demostrando como lo contratos entregados por asignación directa.
Las entrevistas
Igualmente, importantes fueron las entrevistas post debate, como las que Joaquín López Dóriga realizó a las dos candidatas, en ella Xóchitl se vio mucho más suelta y presentó grandes argumentos y propuestas, mientras que Sheinbaum, se mantuvo en lo mismo, tal como demostró Adriana Dávila, mentir y evadir sus responsabilidades.
O en la que Enrique de la Madrid hizo papilla a Jorge Gaviño, un muy cuestionado exdirector del Metro que traicionó a Marcelo y se fue a refugiar con Claudia.
Imperdible resultó la que realizó Latinus a Aurelio Nuño donde hizo propuestas sensatas sobre un tema que se requiere corregir urgentemente para que deje de ser el instrumento de ideologización que pretende imponer Morena.
La reacción de Andrés
Pero más allá de encuestas y opiniones acerca de quién ganó o perdió, la reacción de AMLO lo dice todo. Se puso como energúmeno por el resultado del debate y del post debate.
Como era de esperarse, este primer ejercicio se centró en los resultados de su administración y sirvió para claramente darnos cuenta de su desastre y fracaso, por ello su enojo y también se dice que su corcholata no lo defendió.
Una fuente citada por El Universal asegura que AMLO comentó que “ella (Sheinbaum), solo defendió su gobierno en la ciudad, contestando a cada señalamiento que le hicieron sobre su administración, pero cuando las acusaciones de corrupción, ineptitud o negligencia, tanto de los moderadores como de Xóchitl o Máynez se referían al gobierno federal, evitaba contestar. Dice esta fuente que el presidente se sintió agraviado porque Claudia no defendió con más vehemencia al gobierno federal. No supo defender lo que se ha hecho en este gobierno”.
Esta filtración se confirma con la publicación del editorial del órgano informativo de AMLO, La Jornada, en Rayuela se escribió por una llamada de atención a Claudia: “Fue tanta la preocupación por ganar la batalla, que se olvidaron de los logros conseguidos por un fuerte liderazgo y muchos y leales profesionales, ¡que vaya que los hubo! ...”
El enojo del presidente es justificado, el resultado de los debates del debate muestra que Xóchitl apabulló, pero no solo por los argumentos vertidos, sino porque demostró algo que en mi opinión resulta más importante, lo que puede ser un gobierno de Coalición con las mejores personas, contrario al autoritarismo, ocurrencias y la megalomanía que muestran AMLO y Claudia, donde, a diferencia de Xóchitl, la corcholata de Andrés se rodea de lo peor.
Sin embargo, la verdad cae por su propio peso y dos días después del debate, Claudia en una entrevista de radio aceptó que sus familiares sí aparecen en los Panamá Papers por tener cuentas en paraísos fiscales. Claudia mintió al pueblo de México al negarlo cuando Xóchitl la cuestionó.
Columna de Mauel Diaz en SDP Noticias
X: @diaz_manuel
clh