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Lo que el asunto Adán Augusto y Andrea dice de AMLO
“La mujer vio que el fruto del árbol era hermoso, y le dieron ganas de comerlo y de llegar a tener entendimiento. Así que cortó uno de los frutos y se lo comió. Luego le dio a su esposo, y él también comió. En ese momento se les abrieron los ojos, y los dos se dieron cuenta de que estaban desnudos. Entonces cosieron hojas de higuera y se cubrieron con ellas.”
LIBRO DEL GÉNESIS
“Las mentiras del corazón comienzan desde la cara.”
FRANCISCO DE QUEVEDO
Andrea Chávez, diputada plurinominal por Chihuahua, pasó de ser el “relevo generacional de la 4t” a ser una apestada (al grado que ya está fuera de la campaña de Adán Augusto López). No sorprende. Y es que en cuestión de unos meses llegó a simbolizar el influyentismo, el amiguismo y las mentiras de las que tanto reniega el obradorismo.
Antes que nada, es menester dejar una cosa bien clara: nadie puede ni debe criticar a Andrea Chávez —o, para el caso, a alguna otra mujer— por ser mujer o por lo que hace de su vida personal. A lo que a esto respecta, mi opinión es que cada quien haga de su vida un papalote.
En el mismo sentido, no se debe acusar a nadie sin pruebas. Esa suele ser la forma más sencilla y ruin de mancillar a las mujeres. Si se hace, además, con fines políticos, es doblemente deleznable. En lo particular no comparto ni soporto ningún tipo de expresión misógina en contra de las mujeres.
Ahora bien, eso no impide que pueda señalar los actos de nepotismo, influyentismo y corrupción en los que ha caído Chávez. No se puede permitir la impunidad solo por el hecho de ser mujer, pero tampoco que se haga uso de la variable género (o ideología o convicciones) para victimizarse.
Aquí cuestiono la corrupción, la ilegalidad, la hipocresía y la incongruencia con respecto al discurso de la austeridad de la Cuarta Transformación que ella —Andrea—hizo propio. Su prepotencia con la gente y con la opinión pública al momento de repartir justificaciones y querernos ver la cara.
Y todo eso se lo critico en igual o mayor medida a Adán Augusto y a Andrés Manuel (llegaré a esto más adelante).
Andrea Chávez, adiós a una gubernatura
Pero antes de pasar a ello, quiero comentar lo siguiente: si alguien le susurró al oído a la legisladora Chávez que podía llegar a ser gobernadora, en un taxi aéreo perdió toda posibilidad.
Sí, Andrea Chávez se destapó para la gubernatura de Chihuahua y para hacerlo acusó a la oposición de “misoginia y odio”. Señaló a la actual gobernadora panista Maru Campos de estar asustada y de “cambiar la Constitución de Chihuahua para que el próximo gobernador sea hombre, porque podría llegar al gobierno alguien que no le cae bien”… Mas, esto, luego de su propia soberbia, de su tráfico de influencias, de su flagrante mentira y de su actitud, ha quedado en el olvido.
Soberbia, sí, al pensar que negar los hechos, ofender a los críticos y surcar impune no tendría consecuencias. (Por cierto, aún esperamos demuestre se trató de un avión privado; que dé a conocer recibo, matrícula, bitácora de vuelo. Mientras no lo haga, de forma más que justificada la señalarán de tráfico de influencias.)
Ojalá y eso fuera todo, pero hay más: el amiguismo que no se permitiría en la 4t se trocó en “familiarismo” pues el papá de Chávez es proveedor para el Senado de la República, mientras que su hermano ejerce dos cargos administrativos simultáneos en Ciudad Juárez.
Su mismo discurso de austeridad se convierte en falsedad, cuando ella utiliza una camioneta blindada que su salario no le permite. ¿Obtiene ingresos adicionales personales o de familiares? Supondríamos, entonces, los declara. Además, ¿es ella tan importante e influyente —o el país tan inseguro— que requiere ese tipo de protección?
Hace agua una candidatura
Ahora bien, los asuntos de Andrea vienen acompañados de otros tantos y más todavía por parte de López Hernández. Lo que se le cuestiona a la legisladora se le puede criticar a la corcholata ¡y con mayor razón! En otras palabras, no solo Andrea Chávez se lleva ‘entre las patas’ las aspiraciones del abogado tabasqueño, sino que este abona con creces por cuenta propia a su debacle. El doble discurso, el influyentismo, la desviación de la legalidad yace igualmente en las acciones de Adán Augusto.
Cuidado cuatroteístas y opositores en caer en la lectura simplista de culpar a la mujer (Andrea) de la ruina política del hombre (Adán Augusto). Es importante subrayarlo, porque igual que desde el punto de vista religioso se nos quiere hacer creer que es Eva la que tienta a Adán, aquí la explicación cómoda a la que está recurriendo Morena es a culparla a ella y no a él de su desgracia.
La hipocresía —y machismo— de López Obrador
De hecho, la inmoralidad —desde el punto de vista político, claro está— la comparten no solo ese par, sino también —mayor y grandemente— con el presidente de la República.
Bajo el discurso de la 4t se dirá que López Obrador provocó la salida de Chávez por la incongruencia entre lo que ella dice y ha hecho. Sin embargo, si esto fuera realmente justo y equitativo —y no un mundo de machos, como en realidad es el obradorismo—, López Obrador hubiera mandado a Adán Augusto a salir de la contienda por la nominación presidencial. Y no ha sido así.
En aras de salvaguardar “el proceso interno” de Morena y la tan mentada unidad, se tolera la soberbia, la prepotencia, el conflicto de intereses, los lujos sin explicación de Adán Augusto.
Esto es, se disimulan la falta de ética, de honestidad, de equidad y de escrúpulos con objeto de salvar la campaña del amigo…
Andrés Manuel mandó sacar a Andrea de los reflectores y tapa los excesos de Adán Augusto (relojes, aviones oficiales, una ofensiva cantidad de espectaculares, etcétera).
Por si fuera poco, recientemente se ha dado la instrucción de incorporar con su presencia a la esposa de Adán Augusto en la campaña. Tapar el escándalo, aunque eso implique denigrar a ambas mujeres. Muy bonito…
El doble rasero presidencial. Para el amigo, la gracia, el apoyo, el silencio; para la diputada, el distractor: repetir —simulando con ello hacer una defensa de Andrea— las palabras de Raymundo Riva Palacio. Y mismo en ello, la “defensa” que hizo AMLO fue atacar al periodista porque trabajó con Salinas de Gortari y no probar que el columnista miente sobre Andrea (a quién, por cierto, López Obrador hasta el nombre le cambió). “Raymundo Riva Palacio... hace dos días, sacó un artículo en contra de una diputada Adriana Chávez y cada vez que escribe en contra de ella, insultándola. ¿Con qué autoridad moral? Él estuvo con Salinas de Gortari”, dijo el mandatario.
En esta crisis del obradorato, por culpa de uno de los mejores amigos del primer mandatario, el análisis de Presidencia se centró en ella, en la mujer, en Andrea Chávez. Nada se ha dicho o hecho sobre Adán Augusto López. Así la hipocresía de Andrés Manuel y su movimiento transformador.
Columna de Verónica Malo en SDP Noticias
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