“La política no es una especulación; es una ciencia más pura y la más digna, después de la filosofía, de ocupar las inteligencias nobles.”

JUAN PABLO DUARTE

“Será que al dejarte sola

cuando me encuentro ausente

tienes un amigo que ocupa tu vida,

que ocupa tu mente

La gente rumora un asunto importante

La gente rumora... la gente rumora...

la gente rumora que alguien del pueblo

está estrenando amante.”

JOAN SEBASTIÁN, ‘RUMORES’

Otra vez los errores —demasiados— del equipo de Palacio Nacional. Tantos, que pareciera es adrede. Antes de seguir, desde luego, deseo pronta recuperación al presidente López Obrador.

En fin, antes de seguir, desde luego deseo pronta recuperación al presidente López Obrador.

No es la primera vez que suceden estos enredos, y tengo que insistir: no es válido cuando lo que está en entredicho es la salud del presidente. Tantas horas sin información oficial se presta a generar conjeturas.

Por lo visto el ánimo de López Obrador de centralizar en su persona todo lo que sucede políticamente hablando en el país ha hecho inoperante al resto de la administración pública en algo tan básico como informar sobre la salud del primer mandatario. Pareciera —no digo que lo sea— que no hay quien tome decisiones. Quizá sea ese precisamente el objetivo.

Y es que el estado de salud de López Obrador interesa; el propio AMLO lo externó en su momento sobre la salud de Peña Nieto.

De la cuenta de Twitter de López Obrador se publicó un mensaje que poco tiene que ver con su forma de escribir (ya lo editaron, por cierto), donde avisaba que tenía covid y que su corazón está funcionando perfectamente. Casi al mismo tiempo, su equipo de trabajo sostenía que no se había cancelado la gira del mandatario en Yucatán.

Pero lo que es peor: todavía para las 11 de la noche, el secretario de Gobernación (quien fue designado por Andrés Manuel como el responsable de la mañanera del día de hoy), no había comentado nada de la salud del presidente. NADA. Ni siquiera desearle una pronta recuperación como hicieron el resto de las corcholatas y demás funcionarios públicos.

La salud del presidente —no el Banco de Bienestar, por ejemplo— sí es una cuestión de seguridad nacional. Una que al mismo tiempo no debe mantenerse reservada. Los mexicanos tenemos derecho a saber en qué condiciones se encuentra AMLO.

Contribuyamos, entonces, a las especulaciones que se desataron en redes sociales.

Comencemos por decir que el mismo López Obrador, quien en las otras ocasiones que enfermó de covid hizo hasta videos en su condición, hoy manejarse en lo oscurito levanta más dudas que certezas. La opacidad azuza los rumores.

¿Por qué ese silencio? Puede haber tres razones:

• Una nueva cortina de humo, la más espesa, y a su vez generar toda la expectación para que una mañanera conducida por Adán Augusto López vuelva a tener algo de rating (yo más bien creo terminará por desplomar la audiencia). De paso comprobar si el secretario logra por fin subir en las encuestas sobre la intención del voto rumbo al 2024.
• Se trata de una cortina de humo pero para que se olvide su terrible traspiés diplomático con Estados Unidos. Digo, ahora podrá decir que el covid fue lo que provocó dijera lo que dijo... En el mismo sentido, la preocupación por la salud del presidente hará que todos los problemas de esta semana (que fueron más delicados que de costumbre) pasen a segundo plano, preferiblemente al olvido.
• De verdad se encuentra delicado, grave, ¿algo peor?, y no saben qué hacer o cómo comunicar para no causar pánico. Si se trata de las dos primeras causas, tarde o temprano caerá el telón. Si es la tercera causa, guardada la proporción, esto pintaría ser un “Barbosa bis”. El caminito, después de todo, ya se lo conocen en el morenismo. Eso sí, habría importantes diferencias por cuanto a implicaciones. Iniciando porque no es adecuado que un presidente deje a la población tantas horas sin información. En el colmo del secretismo, a las 10:45 de la noche, el gobierno solo dio a conocer de forma escueta que AMLO no tendrá actividades oficiales.

A la larga llega un momento en que el hermetismo ya no genera simpatías.

Columna de Verónica Malo en SDP Noticias

Foto Daniel Augusto

clh