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Greenpeace denuncia que energía nuclear y gas no son verdes
Jueves, Febrero 9, 2023 - 10:26
Debe de tratarse como verde sólo el que se genere con fuentes renovables, opinan algunos países europeos
Greenpeace anunció este jueves que denunciará a la Comisión Europea ante la justicia comunitaria por clasificar como sostenibles ciertas inversiones en energía nuclear y gas, al considerar que violan las obligaciones de la Unión Europea en virtud del Acuerdo de París.
La Comisión ha rechazado formalmente una solicitud tramitada por Greenpeace el pasado septiembre “para abandonar el lavado verde del gas fósil y la energía nuclear”, indicó la organización en un comunicado, lo que ha provocado la decisión de llevar el caso ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE).
La denuncia de Greenpeace se suma a las que han anunciado también Austria y Luxemburgo, que rechazan con firmeza que el gas fósil y la energía atómica se sitúen a un nivel equivalente a las fuentes de generación renovable en las reglas de la llamada “taxonomía financiera verde”.
La taxonomía financiera verde habla de un conjunto de clasificaciones sin aplicación práctica inmediata que pretenden orientar las futuras inversiones financieras en la transición ecológica.
Éstas también se irán desplegando en sectores como el forestal, el transporte o la agricultura.
La Comisión Europea, que se define como “tecnológicamente neutral”, presentó en febrero de 2022 un “acto delegado” en el que consideraba ciertas inversiones en energía nuclear y centrales eléctricas de gas como sostenibles en una clasificación que pretende orientar las futuras inversiones.
Alemania presionó en favor del gas y Francia por la nuclear en el debate sobre esas reglas elaboradas por la Comisión Europea y aprobadas por el Consejo de la UE y por la Eurocámara.
En concreto, la clasificación valida como “sostenibles” las centrales nucleares con permiso de construcción antes de 2045 y las plantas de gas que emitan menos de 270 gramos de CO2 por kilovatio-hora hasta 2031 o menos de 100 gramos en el conjunto de su vida útil.
Greenpeace, en cambio, considera que las energías fósiles no pueden considerarse “transitorias”, como las describe la taxonomía, porque esas infraestructuras “podrían permanecer en funcionamiento más allá de la fecha límite de la UE de 2050 para lograr la transición energética“, lo que contraviene la Ley del Clima de la UE.
Respecto a la energía nuclear, la ONG argumenta que incumple el principio de “no causar daños significativos” en que se basa el reglamento, pues “las emisiones del ciclo de vida de la energía nuclear, la extracción de uranio, el alto uso de agua, la descarga de agua caliente y la generación a gran escala de desechos radiactivos violan este principio”.
Argumenta también que la nuclear quite espacio a las inversiones en fuentes renovables y que la larga ejecución de las plantas lleve a retrasar la eliminación de las plantas eléctricas de carbón.
Y señala que la energía atómica se ve “muy afectada por los fenómenos climáticos adversos, como las olas de calor y las sequías” y pueden ser “objeto de un ataque terrorista o militar”.
La discusión sobre el papel de la energía nuclear en la transición energética no se limita a la taxonomía y encuentra también fricciones en la definición que debe darse al “hidrógeno verde”.
Francia quiere que se considere “verde” el hidrógeno producido a partir de electricidad de origen atómico (el llamado hidrógeno rosa), mientras que Alemania o España consideran que debe de tratarse como “verde” sólo el que se genere con fuentes renovables.
La negociación final entre el Parlamento Europeo y el Consejo (los países) de la UE sobre la Directiva de Energías Renovables se encuentra paralizada a la espera de que la Comisión Europea presente una definición sobre el hidrógeno verde.
Foto: El Periódico
lsm (EFE)