Este domingo, ex trabajadores de la empresa Texel, que se ubica en Villa Alta en el municipio de Tepetitla, en Tlaxzcala, se manifiestan a las afueras de dicha textilera, para exigir su liquidación y el pago de prestaciones que están pendientes desde hace 7 años, cuando la compañía se declaró en quiebra.

Los afectados tenían antigüedades más de veinte años cuando fueron despedidos, sin que a la fecha se hayan dado avances en los procesos jurídicos que interpusieron contra la textilera.

Debido a esto este día decidieron reunirse y exigir mediante el amago de bloqueo de la autopista Tlaxcala-Texmelucan, el pago que por ley les corresponde.

Los ex trabajadores exigieron la intervención del gobierno Federal y del estado para hacer posible el pago de su liquidación tras haber sido despedidos.

Ante medios de comunicación manifestaron que la empresa se declaró en quiebra hace 7 años por lo que debieron iniciar un juicio laboral para reclamar el pago de sus prestaciones, juicio que concluyó a su favor hace dos años y donde se determinó liquidar a los 80 trabajadores conforme a la Ley, sin embargo, eso no ha sucedido. 

Tras negativas por parte de la junta Federal del Trabajo, ahora, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) les ha informado que el predio de más de 18 hectáreas donde estaba instalada la empresa ya forma parte del instituto para devolver al pueblo lo robado, por lo que no podrán pagarles sus liquidaciones.

Entre los afectados, se encuentran ex trabajadores avecindados en Tlaxcala y Puebla, todos en edad de retiro, a quienes adeudan liquidaciones por 11, 20 y 35 años de trabajo en Industrias Texel.

Durante la asamblea los ex trabajadores hicieron un llamado al SAT, la Confederación de Trabajadores de México (CTM), la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA) así como la local para poner fin al conflicto y evitar manifestaciones en vías de comunicación de Tlaxcala. 

“Estamos abiertos al diálogo y realizar todas las gestiones que nos indiquen para el cobro de nuestra liquidación, hemos esperado mucho, algunos compañeros incluso han muerto durante estos 7 años de espera.

Foto: Cecilia Espinoza Galindo.

cdch