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Benedicto XVI, Papa emérito o encubridor, se preguntan
Escrita horas antes de la muerte del Papa Emérito, Ana Lozano advierte:
La salud de Joseph Ratzinger es muy delicada. A sus 95 años cualquier contratiempo pondría en riesgo su vida. Sin embargo, se ha informado que ha salido de su situación crítica. “Su condición es estable”. “El Papa emérito participó en la Santa Misa desde su habitación en el convento de Mater Ecclesiae en el Vaticano”. Cuenta con todos los cuidados necesarios…
Y también con los cargos de haber encubierto a sacerdotes pederastas. Joseph Ratzinger, ostenta el título de Papa emérito por haber renunciado al ministerio papal por libre y espontánea voluntad. El Papa Benedicto XVI renunció al pontificado de la Iglesia Católica el 11 de febrero de 2013. El último que había dimitido fue Gregorio XII, en 1415. Ratzinger lo hizo 598 años después.
El Papa emérito Benedicto XVI fue acusado legalmente por encubrir abusos sexuales perpetrados por sacerdotales. Antes de enfermar, Benedicto XVI planeaba defenderse de una demanda civil presentada ante un tribunal alemán, un hombre que lo acusa de haber ayudado a encubrir los abusos sexuales que sufrió cuando era niño.
Los abusos sexuales de sacerdotes no fueron tomados en cuenta. Fueron ocultados. Los sacerdotes abusadores eran trasladados a otras parroquias; dándoles plena libertad de seguir abusando con toda impunidad de más niños inocentes.
Se acusó a Benedicto de no haber tomado las medidas contra los clérigos que habían sido acusados. Ratzinger reconoció que se habían producido errores en la gestión de los casos mientras ocupaba el cargo de arzobispo de Munich y Freising, “negligencia” por la que pidió perdón. ¿Negligencia o encubrimiento?
El mayor depredador sexual de la iglesia fue Marcial Maciel quien fundó la congregación de Los Legionarios de Cristo en 1941; abusó gozando por saberse protegido de más de 60 menores. Enseñanza que siguieron muchos otros sacerdotes en diferentes partes del mundo. El Vaticano hizo oídos sordos. Protegieron a Maciel permitiendo que él y otros sacerdotes de la legión siguieran cometiendo estos crímenes sexuales, protegidos por la portación de la sotana.
Marcial Maciel Degollado fue bendecido por el Papa Pío XII y protegido por Juan Pablo II quien lo presentaba como el “apóstol de la juventud”. Marcial Maciel se convirtió en el estigma de la perversión que impera dentro de la iglesia católica.
Durante décadas, el Vaticano guardó y guarda aún silencio de los miles de casos de abuso sexual cometidos por sacerdotes en todo el mundo, para no perder el prestigio, la santidad y pureza de la iglesia católica. Permitió que los abusadores con sotana siguieran practicando, lejos del lugar en el cual habían sido acusados de abuso para seguir haciéndolo con libertad en otras parroquias.
El Vaticano siempre supo de los abusos de Marcial Maciel, de su vida llena de adicciones, de sus perversidades; decidió guardar silencio. Solapar los abusos. Eso sí, condenan el aborto, la homosexualidad; eso sí son pecados, el abuso pasa desapercibido; se ocultó y se seguirá silenciado y perdonando por medio de plegarias, con la esperanza de que éstos pederastas corrijan su depravado camino.
Las múltiples denuncias no aparecieron de un día para otro. Los hijos del “apóstol de la juventud” denunciaron a su propio padre. Maciel se había casado. Sacerdotes de la legión aseveran que Maciel los obligaba a cruzar fronteras en Europa con droga oculta en los dobladillos de sus sotanas o bajo sus ropas. Marcial Maciel, aquel a quien bendijo el Papa Pio XII y el que protegió con su silencio Juan Pablo II siguió trasladándose de Europa a México. El embaucador católico lleno de verbo lograba que fieles le otorgaran millonarios donativos…
Las severas acusaciones de los hijos de Marcial Maciel, paralizaron a muchos y no sorprendieron a otros. Ellos también habían sido abusados sexualmente por su padre. El escándalo católico sexual se desató y la situación al final se hizo insostenible durante el papado de Benedicto XVI.
Los Legionarios de Cristo al principio negaron que su líder fuese capaz de cometer semejantes crímenes. Negaron que dentro de la millonaria congregación hubiese otros sacerdotes pederastas, ellos y el Vaticano hicieron lo posible para salvar a la congregación. Además de los abusos sexuales había sido descubierto que los legionarios ocultaban 295 millones de dólares en paraísos fiscales.
Es incomprensible que el Vaticano haya permitido que Maciel siguiese abusando de los niños y de las niñas. Estas revelaciones mostraron el lado oscuro de Marcial Maciel quien falleció impune en 2008.
Lado oscuro y perverso del líder de una congregación que fue “modelo a seguir” desde los más altos niveles. Una trama de complicidades, de silencios perpetuos para mantener su imagen divina.
En 1946 Maciel fue recibido por el Papa Pio XII quien ya estaba al tanto del proyecto de Maciel: Los Legionarios de Cristo que incluiría la creación de escuelas con colegiaturas exorbitantes y de seminarios. El papa Pío XII le otorgó su bendición.
Con el apoyo papal la congregación creció a pasos agigantados, gracias a los recursos que Maciel recibía de las relaciones que mantenía con la alta sociedad mexicana. El dinero que recibía no era todo para la legión, sino que la utilizaba para sostener una red de protección en las más altas esferas de la Santa Sede mediante “donaciones oscuras”, según la investigación de Jason Berry en el “National Catholic Reporter”.
Consiguió años después que el Papa Pablo VI le otorgara a la congregación de los Legionarios de Cristo el “decreto de alabanza” un reconocimiento que le otorgaba el derecho de poder expandirse por donde quisiera. Los abusos permitidos por Dios…
Su millonario peregrinar, su labia, el encubrimiento y por el apoyo de papas a través de las décadas, Maciel siguió estafando y abusando de menores. Además de ser adicto a narcóticos.
Cuando llegó Carlo Wojtyla a la jefatura de la Iglesia significó un nuevo y fuerte empuje para Maciel y los legionarios. Lo nombró consultor permanente de la Congregación para el Clero en 1994 y miembro de la Asamblea Especial para América del Sínodo de los Obispos en 1997.
Cuando los Legionarios de Cristo cumplieron cincuenta años de existencia, el Papa Juan Pablo II ordenó a otros nuevos sacerdotes de la congregación en la Basílica de San Pedro. Ellos siempre estaban en primera fila… el poder de Maciel se extendía. Sus abusos aumentaban. Las mentiras. Los excesos. Las drogas. Los matrimonios. Todo fue encubierto con el manto divino del Vaticano.
Las denuncias llegaron a los oídos del papa Juan Pablo II. Escuchó pero no actuó. ¿Por qué guardo silencio? ¿Por qué permitió que las vidas de cientos de niños y niñas fuesen destruidas? ¿Qué intereses le favorecían?
El Vaticano recibió documentos que evidenciaban estos abusos, de este comportamiento malévolo de un “hijo de Dios”.
Mientras Ratzinger estuvo de cardenal, guardó el secreto. Un oscuro secreto, muchos sabían pero ninguno tomó ninguna medida. El sacerdote Félix Alarcón miembro de los Legionarios de Cristo relató que la legión debía ser eliminada. Alarcón afirma que cuando era seminarista Maciel había abusado de él.
Las más altas jerarquías de la Iglesia sabían de los actos que cometía Maciel. Marcial había sido investigado en la década de los cincuenta. Por esta investigación “a modo”, Maciel estuvo suspendido unos meses para ser repuesto en sus funciones; el jefe, el ídolo, el dios, el cómplice seguía y siguió impune. La protección de Juan Pablo II lo mantuvo a salvo. En varias fotografías Maciel aparece sumiso, agradecido, manso frente al papa Juan Pablo para recibir su bendición.
En 1997 ocho ex miembros de los legionarios acusaron a Maciel de haber abusado sexualmente de ellos denunciando que ni la congregación, ni otros integrantes de la jerarquía de la Iglesia, los había atendido.
Dentro de la congregación existía la rama femenina: “Regnum Christi”. Maciel aparecía por ahí aprovechándose de las jóvenes inocentes y devotas. Les decía que para ellas era un “privilegio estar con él”, que incluso lo era servirlo con el sexo. A los niños les decía que la Santa Sede le había dado permiso para tocarlos, para abusar de ellos.
La muerte de su protector, el papa Juan Pablo II fue la que definió el destino de los Legionarios de Cristo y sobre todo de su perverso fundador. Las denuncias se desbordaban como las plegarias… y cuando el Vaticano ya no pudo más fue cuando “se enteró” de la existencia de las esposas e hijos que había concebido el “apóstol de la juventud”, Marcial Maciel.
Cuando Ratzinger se hizo Papa, le ordenó que se retirara del sacerdocio público para consagrarse a una vida de “oración y penitencia”.
Poco le duró el severo castigo que le fue otorgado. Marcial Maciel Degollado murió en 2008… se fue impune al “cielo”.
A pesar de los escándalos, los Legionarios de Cristo siguen creciendo. Han perdido escuelas y creyentes. Queriendo tapar con el manto las atrocidades de su amado líder. Los legionarios no cejan, siguen su camino, ahora con un nuevo y conmovedor lema: “¡Venga tu Reino! Expresa el anhelo de que Cristo reine en el corazón de los hombres, de las familias y de la sociedad”.
¿La negra sombra de Maciel se ha diluido? ¿Sus abusos serán olvidados? Benedicto XII lo mandó a una vida de oración y penitencia…
Ratzinger, fue el último que lo protegió. ¿Quedará en la historia como el Papa emérito o como el último encubridor?
Columna de Ana Lozano en SDP Noticias
Foto AP en SDP
clh