Una Copa del Mundo fuera de lo común está reflejando su situación enrarecida en la cancha. Nadie tenía presupuestado, por ejemplo, el enorme fracaso de la selección liderada por Lionel Messi ante una sorprendente Arabia Saudita.

Los sudamericanos llegaron a Qatar con la felicidad del lobo que se ve encerrado en una jaula llena de ovejas. Pero la primera oveja resultó armada con tremenda AK-47 y dejó herido al gigante sudamericano.

A menor nivel, México no fue el bulto que sufriría ante los embates de Lewandowski, uno de los delanteros más efectivos del mundo. Pero la selección de Polonia no es el Barcelona, definitivamente y fuera de ese jugador de clase “A”, el resto son bastante normalitos, igual que los jugadores de la Selección Mexicana.

En cuanto a la Selección Mexicana, el más relevante es el portero Guillermo Ochoa, que parece que guarda todas sus energías para las copas del mundo. Realmente es un caso de estudiarse la diferencia entre sus rendimientos en torneos regulares y selecciones.

Ahora quién está con la obligación de ganar es Argentina. Arabia Saudita le enseñó a México la manera de ganarle a Messi and Friends. Esperamos que al “Tata” Martino no lo traicionen los sentimientos y haya tomado nota.