Xi Jinping abogó por la continuidad y defendió sus políticas con un tono triunfal en el discurso de apertura del Congreso del Partido Comunista, que debe otorgarle un tercer mandato.

 

El líder asiático evocó un "momento crítico" en la historia del país, donde la política cero covid mina la actividad económica.

 

Así mismo, proyectó la imagen de una China fuerte e innovadora, determinada a no cambiar de rumbo en el corto plazo.

 

Joseph Torigian, del departamento internacional de la Universidad Americana de Washington opinó en Twitter que el discurso "apuntaba sin ninguna ambigüedad a la continuidad" y añadió que "Este congreso, aunque histórico, no significa en absoluto nuevas orientaciones políticas".

 

Xi Jinping  llegó al poder en 2012 y concentró más poder gracias a una campaña anticorrupción que le permitió desprenderse de rivales, y apostó por una imagen de firmeza en la política internacional.

 

Esto aumentó las fricciones con las potencias occidentales, especialmente con Estados Unidos, por la rivalidad comercial, pero también por las críticas de varios países a la política de Pekín hacia Taiwán, Hong Kong o Xinjiang.

 

El académico Hong Zhang, del Centro Ash adjunto a la Harvard Kennedy School de Estados Unidos, citado por la agencia AFP, dijo que el discurso del domingo de Xi Jinping tuvo "un tono general impregnado de triunfalismo".

 

Aunque Xi se mostró confiado en la economía del país, ésta no queda exenta de problemas.

 

"La palabra seguridad fue pronunciada en varias ocasiones, considerando las tensiones geopolíticas crecientes que tiene repercusiones en la alimentación, la energía, las cadenas de suministro", escriben los analistas del banco HSBC, Jing Liu y Erin Xiu.

 

En un contexto de ralentización por las restricciones sanitarias y la crisis inmobiliaria, China sorprendió el lunes al aplazar sine die la publicación de las cifras de crecimiento del tercer trimestre previstas este martes.

 

 

 

Foto: Ciudadano News

lsm (efe, afp)